Los wankas regresaron anoche en medio de pifias en el aeropuerto Jorge Chávez. Junto al DT Cristóbal Cubilla destituirían a su presidente Edgar Araníbar.
La estrepitosa y humillante derrota del Sport Huancayo en la Sudamericana originó que el dueño del club, Raúl Rojas, pegara el grito en el cielo y pidiera la cabeza del técnico Cristóbal Cubilla, pues consideró el hecho como una deshonra al pueblo huancaíno. Anoche fueron recibidos con pifias en el aeropuerto.
Rojas, sumamente indignado, convocó ayer a una reunión de emergencia, y junto al presidente del “Rojo Matador”, Edgar Araníbar, analizaron la continuidad de Cubilla, quien en la víspera habría presentado su renuncia, así como de varios jugadores quienes entrarían en un proceso de evaluación.
Volarán cabezas
Incluso la continuidad de Araníbar al frente del club estaría en riesgo, pues se le sindica como principal responsable de la debacle al gestionar las contrataciones de todos jugadores foráneos, que conforman la plantilla del equipo. Además, se supo que Araníbar tuvo el aval del técnico, quien no puso trabas con tal de conservar su empleo.