El único que podía liberar al cuestionado Leonardo Castro de las críticas, en su condición de refuerzo que llega a marcar una diferencia, era única y exclusivamente el profesor Gustavo Costas.
Y es que el técnico de los blanquiazules, consciente de lo que puede rendir el colombiano, lo sacó de la reserva para enviarlo a cambiar su propia historia en la altura de Huancayo.
Es allí que Castro jugó quizá el mejor partido de su vida, corriendo y participando en el juego como si conociera a sus compañeros desde siempre. Y lo que es mejor, dio un pase gol y selló el triunfo con pierna derecha.
Castro reconoce lo hecho por Costas y se lo agradece sobremanera porque de la noche a la mañana, de ser llamado “paquete” se volvió un arma importante para el equipo blanquiazul.
“Me quiero consolidar”
“Quiero agradecer al profesor Costas por la confianza que me brindó, fue importante para seguir trabajando con tranquilidad en búsqueda de mi primera anotación, ahora quiero seguir consolidando mi juego para tener continuidad”, señaló “Leo”.
Otro de los que jugó bien, y nadie discute que sabe con los pies, es el argentino Hernán Peirone. Estuvo a poco de romper la ‘saladera’, pero cuando el rival otorgó los espacios que sus compañeros sí aprovecharon, ya estaba fuera de la cancha por orden de Costas renegando de su mala suerte.
La pelea por un puesto en el ataque se puso más que bonita; Soto, Ovelar, Peirone y Castro hoy son el dolor de cabeza del estratega victoriano.