Sin contar la temporada del 2020, Alianza Lima cumplió su campaña más nefasta de los últimos años. Un cúmulo de errores terminaron por sentenciar a los blanquiazules a ser Perú 4.
Con el presupuesto más grande de su historia y con el deseo de arrebatarle el título a Universitario en el año de su centenario para cobrarse una revancha, así comenzaba la planificación en Alianza Lima. Sin embargo, un cúmulo de diferentes situaciones condenaron a los blanquiazules a una de sus peores temporadas de los últimos años, si revisamos las frías estadísticas.
Es cierto que si los íntimos vencían a Cusco FC en ese último partido en Matute hubiesen alargado la definición por el título y con algo de suerte podrían haber sido campeones nacionales, los números son contundentes: terminaron en el cuarto lugar del acumulado, relegados a ser Perú 4 y a jugar la fase preliminar de la Copa Libertadores.
Es que sin contar aquella temporada del 2020, que todos sabemos su desenlace, desde el 2017 Alianza Lima siempre había sido al menos subcampeón y eso le permitía clasificar a la fase de grupos de la Libertadores, lo que genera un importante inyección económica para las arcas. Es decir, es una de las peores campañas de las últimos ocho años. ¿A qué se debió este rotundo fracaso? Son varios los puntos que se podrían mencionar.
El nombramiento de un gerente deportivo como Bruno Marioni, sin experiencia en funciones similares en otros clubes; además de la elección de Alejandro Restrepo, un técnico que si bien tenía buenos antecedentes en Colombia, a priori parecía no tener los pergaminos suficientes para hacerse cargo de un equipo con tanta presión como la tenía Alianza Lima.
Si bien con el DT 'cafetero' hubo algunos pasajes de buen fútbol, por ejemplo en la Copa Libertadores, gracias a una propuesta que proponía mucho vértigo, no haber ganado ningún partido clave a nivel local o internacional desencadenaron en su salida cuando apenas comenzaba el Torneo Clausura.
El uso de los seis cupos de extranjeros fue nefasto. Solo Juan Pablo Freytes y Sebastián Rodríguez terminaron siendo indiscutibles. Cecilio Waterman, Jiovany Ramos, Adrián Arregui no dieron la talla, mientras que Pablo Sabbag anotó algunos, pero sus problemas físicos también lo condenaron a la ácida crítica del hincha.
Carlos Zambrano no comenzó el año y ante el bajísimo nivel de la línea defensiva que habían conformado, decidieron llamar a Carlos Zambrano, que habúa rechazado un par de ofertas del extranjero y entrenaba por su cuenta como un exjugador. Marioni no lo quería y lo dijo públicamente, luego debió aceptar su regreso para corregir. El 'Kaiser' terminó siendo el mejor futbolista del año del los victorianos.
Asimismo, también se intentó corregir en el camino con fichajes como, Jeriel de Santis o Cristian Neira, que jamás mostraron un buen nivel y terminaron marchándose por la puerta falsa de Matute. Paliativos como la llegada de Paolo Guerrero no fueron suficiente para enderezar un año que ya estaba
El destino y los tropiezos de algunos rivales le dieron vida, incluso hasta la última fecha tuvo chances de forzar una definición, pero Alianza Lima fue incapaz de ganarle un partido a los cinco primeros del acumulado: Universitario, Cristal, Melgar, ADT y Cusco FC, este último vencería sorpresivamente a los dirigidos por Mariano Soso en Matute y acabó con cualquier sueño de campeonato.
Lo mismo sucedió en la Copa Libertadores durante el primer semestre. En casi todos sus partidos compitió con rivales de poderío internacional, pero no pudo sumar ninguna victoria, pese a que en varios partidos lo mereció. La falta de peso en el plantel, principalmente en portería y ataque, terminaron la ilusión de al final cumplir una campaña decente a nivel internacional.