“La unión hace la fuerza”, es una de las frases cliché más empleadas y que -en el fútbol de alta competencia- es fundamental porque un grupo desunido jamás logrará objetivos importantes .
Alianza Lima refleja tener esta característica en el campo por la solidaridad para cuidarle la espalda al compañero, -lo que en el fútbol se define como cobertura-, pero es compacto -además- por el orden y su sacrificio en toda circunstancia.
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En cada una de las líneas, los futbolistas están afrontando el partido como si se jugara la final del año y los seis puntos en este inicio inmejorable es clara señal de un porvenir que ilusiona.
El ataque, por tomar una muestra, viene trabajando bien. Varias piezas que la componen elevaron su nivel y contribuyen notoriamente para que el juego en colectivo sea tenaz y eficaz.Y para esta satisfacción, dos uruguayos se vienen erigiendo trascendentales en el esquema de Pablo Bengoechea.
La referencia es para Felipe Rodríguez, extremo izquierdo de fútbol revolucionario. Y para Adrián Balboa, el “9” de trabajo táctico impecable y que ya gritó su primer gol en la “Caldera”.
Ambos le están sacando el máximo provecho a su papel protagónico. “Felucho” derrocha técnica, panorama, garra. “Rocky” enfrenta y golpea.
Y estas acciones, además de sumarle al equipo poderío, están logrando que el resto de la tropa se contagie y empuñe la bandera de la guerra.
Es que otra de las virtudes que este grupo humano aflora y que ilusiona de cara al futuro, es que nunca bajan los brazos en la victoria y aún más en la derrota momentánea.
Sangre Charrúa: Luis Aguiar fue clave con sus goles de táctica fija, tenía espíritu combativo, liderazgo. Gabriel Leyes aseguró el título del 2017.
Hicieron historia: El uruguayo Martín Ligüera hizo goles de tiro libre y era organizador. El Chileno, Fernando Martel, era veloz, aguerrido y goleador.