Luego de que nuestro héroe enfrentara a su hermano Raditz en Dragon Ball Z y se sacrificara para que este recibiera el ataque de Piccolo, Kakaroto llegó al otro mundo, donde fue recibido por Kami-sama, quien lo ayudó en su nueva vida como alma. Aunque al principio, Gokú estaba triste por haber caído en combate, cambió de parecer cuando el dios del planeta le dijo que iba a interceder por él, para que pueda conservar su cuerpo y así siga entrenando.
El gran rey Enma, quien custodiaba el otro mundo, habló con Kami-sama sobre el saiyajin, pues este había contribuido mucho con su reino. Recordemos que cada villano que era derrotado por Gokú iba a parar al infierno. El amigo de nuestro protagonista pensaba enviarlo al planeta de Kaio-sama.
Pero, para que eso ocurriera, tenía que superar una prueba arriesgada, algo que muy pocos habían logrado superar, recorrer el camino de la serpiente. Gokú fue llevado por uno de los sirvientes de Enma-sama hacia el inicio de esta peligrosa prueba. Una vez allí, el saiyajin se sorprendió por lo largo que era el camino.
Sin embargo, sus ganas de seguir entrenado y conocer a Kaio-sama, de quien solo sabía que era uno de los seres más fuertes del universo, pudo más. Por eso terminó de recorrer el camino hasta llegar a la cola y encontrar el planeta de su nuevo maestro. Allí nacería una gran amistad que perdura hasta en las nuevas producciones.
Nuestro protagonista llega exhausto al final del camino de la serpiente, pero eso no evita que se alegre de haber recorrido aproximadamente cien mil kilómetros. Emocionado por lo que acaba de hacer, se da cuenta que ha llegado a su objetivo.
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