Dragon Ball Super fue una alegría inmensa para los fieles fanáticos de la obra de Akira Toriyama. Volver a ver Gokú y a sus amigos sumergidos en nuevas aventuras enfrentando a los viejos rivales de siempre, hizo recordar a los inicios de la serie. En esta oportunidad, la aparición de una deidad y un ángel le sumaron ese plus que necesitaba la serie para que nuestro protagonista superara sus límites.
A eso le podemos sumar que se introdujo la idea que no solo existe un universo, sino, por el contrario, muchos más con guerreros con poderes desconocidos. Con el pasar de los capítulos fuimos conociendo algunos de ellos como Hit o Kyabe.
Aunque no fue hasta el Torneo de la Fuerza en el que conocimos a todos los guerreros y nos enseñaron sus poderes. Es allí que Gokú despierta su más grande transformación hasta ese momento, el Ultra instinto.
Es por eso que las dos últimas guerreras del universo 6, Kale y Caulifla deciden fusionarse con la zarcillos mágicos que les dio Champa, el hermano gemelo de Bills y, también, dios de la destrucción.
La fusión de dos hermanas da por resultado Kefla, una guerrera muy fuerte como Gogeta. Sin embargo, la poca experiencia en combate permitió que Gokú se llevara la victoria.
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