Dragon Ball, la obra de Akira Toriyama, nos regaló uno de los momentos más emotivos y graciosos de la serie. El día que nació el primer hijo de Gokú. El pequeño bebé había nacido sano y llorando, aunque se calmó después de estar en los brazos de su madre. Ahora venía algo difícil, escoger el nombre del primogénito.
Milk había pensado en ponerle Einstein como el famoso físico, pero a Gokú y su padre, Oz Satán, se sorprendieron pues lo consideraban raro para un niño. Por otro lado, al pequeño bebé, tampoco le gustó, porque empezó a llorar. Entonces, pensó en ponerle Arquímedes, pero el bebé empezó a llorar, otra vez, en modo de rechazo.
Su abuelo, Oz Satán, había elaborado una larga lista de nombres, los cuales empezó a decirlos uno tras otro, sin embargo el bebe no dejaba de llorar, por lo que desaprobó todos los mencionados.
Las horas pasaron y las opciones se había agotado. Todos estaban desanimados, pues el ninguno de los nombres le habían gustado al bebé saiyajin. Pero, Milk se dio cuenta que Gokú no había nombrado ninguna opción. Este se quedó sorprendido y solo atinó a decir que tenía hambre.
Los regaños de su esposa no se hicieron esperar y es en ese momento en el que se menciona el nombre de Gohan, el abuelo de Kakaroto. Pero, a comparación de los otros nombres, este si le gustó al primogénito de nuestro protagonista.
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