¿Tienes deudas pendientes? Descubre cuándo dejan de ser legalmente exigibles. Aquí te explicamos lo esencial sobre la prescripción de deudas en Perú.
Únete a nuestro canal de WhatsAppCuando una persona tiene una deuda vencida con una entidad, es común recibir insistentes llamadas para que realice el pago, ya sea total o en cuotas. Sin embargo, con el tiempo, la presión judicial hacia quienes no cumplen con sus obligaciones financieras tiende a disminuir. Este fenómeno se conoce como prescripción, que significa que, legalmente, ya no se puede exigir el pago. A continuación, descubre en cuántos años prescribe una deuda en Perú y otros detalles relevantes.
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Según el Código Civil, el plazo de prescripción para la mayoría de las deudas es de 10 años, contados a partir del momento en que se dejó de pagar. Esto significa que, si un deudor no realiza ningún pago durante ese período, el acreedor no podrá reclamar la deuda por vía judicial. En consecuencia, la entidad financiera no podrá iniciar procesos legales ni embargar los bienes del deudor para recuperar la cantidad adeudada.
Las deudas se pueden clasificar en diversas categorías, cada una con plazos de prescripción específicos.
Cuando una deuda prescribe, la obligación de pago se extingue legalmente, pero la deuda en sí misma sigue existiendo. Esto implica que, aunque no se puede exigir su pago a través de acciones legales, el compromiso permanece en el ámbito civil.
En este sentido, la deuda seguirá constando en el historial crediticio de la central de riesgos de la SBS durante seis años a partir de la fecha de prescripción. Durante este período, el acreedor no puede iniciar procesos judiciales para reclamar el pago ni embargar los bienes del deudor para satisfacer la deuda.
La prescripción de una deuda es un principio jurídico que establece que, tras un período determinado, el acreedor pierde el derecho a exigir el pago de una deuda. Es decir, si el acreedor no inicia acciones legales dentro de ese tiempo, ya no puede reclamar judicialmente el importe adeudado.
Este mecanismo tiene como finalidad proteger al deudor, ya que, después de un tiempo razonable, resulta injusto que se le continúe persiguiendo por una obligación que ha quedado en el olvido, especialmente si el acreedor no realizó esfuerzos para recuperarla.