La bielorrusa Krystsina Tsymanouskaya criticó duramente las decisiones tomadas por el equipo olímpico de su país, que está ligado al actual gobierno que preside Aleksandr Lukashenko. Luego de su reclamo, las autoridades de dicha nación europea querían obligarla a regresar, incluso antes de culminar su participación en Tokio 2020.
La atleta se quejó, a través de una transmisión vía Instagram, de la falta organización al momento de su inscripción y la actitud de los entrenadores que le designaron para prepararlas de cara a su participación en los Juegos Olímpicos.
"Algunas de nuestras chicas no volaron aquí para competir en el relevo de 4x400 metros porque no tenían suficientes controles de dopaje", había dicho la corredora. Además, contó que anteriormente ya había sido amenazada.
"Y el entrenador me agregó al relevo sin mi conocimiento. Hablé de esto públicamente. El entrenador en jefe se me acercó y me dijo que había una orden de arriba para sacarme", agregó.
Inmediatamente, miembros de su cuerpo técnico irrumpieron en su habitación, la obligaron a empacar sus cosas y le avisaron que iban a transportarla al Aeropuerto Haneda, para que tomara el primer vuelo rumbo a Minsk.
Contra su voluntad, Tsymanouskaya llegó al terminal aéreo de la capital nipona, pero recibió el respaldo de la policía local, el Comité Olímpico Internacional (COI) y los organizadores de Tokio 2020, quienes no permitieron que fuera embarcada.
"Estoy a salvo y ellos están en el proceso de decidir dónde voy a pasar la noche", dijo Tsymanouskay, a través de un mensaje vía la cuenta de Telegram de la Fundación Bielorrusa de Solidaridad Deportiva (BSFF), una organización que apoya a los atletas de la oposición.
Tsymanouskay debía competir esta noche (mañana de lunes en Tokio) en los 200 metros femenino, pero todo indica que finalmente no podrá representar a su país.