Con 93 años y la firmeza de un pulso que se ha ganado en las labores que desempeñaba, un abuelo japonés nuevamente se ha convertido hoy en el engreído de la internet tras un reporte del portal Kotaku. La estrella del canal Olivin Corp. no es su dueño, sino su abuelo que ha demostrado su experiencia con los autos en varios simuladores de conducción.
Con una experiencia de 30 años tras el volante como taxista este abuelo no solamente luce para su público un talento envidiable, sino también una sonrisa y un brillo en sus ojos que lo devuelve a sus años sobre cuatro ruedas mientras paseaba por las calles recogiendo pasajeros.
Disfrutando de juegos como Test Drive y Assetto Corsa, títulos que ponen más énfasis en un ser simuladores de conducción que una experiencia arcade, el nonogenario demuestra que su pulso y su coordinación no lo han abandonado y desafía las pistas de Le Mans y NASCAR como todo un piloto de autos deportivos.
De hecho, uno de sus autos en la vida real era un deportivo de fabricación japonesa. Específicamente el Mazda Savanna RX-7 de 1978, uno de los primeros autos en el país del sol naciente en contar con faros escamoteables (o también conocidos como "faros rebatibles") mientras se robaba la mirada de más de uno.
La ilusión de estar tras el volante de ese mismo auto fue nuevamente una realidad gracias a los videojuegos y al esfuerzo de sus nietos que le consiguieron todo el eqquipamiento necesario para llevar fielmente sus treinta años de experiencia al mundo virtual de la mejor manera.
Ahora, con un monitor más grande a su disposición, este "abuelo gamer" posee un mejor campo de visión a comparación de la laptop que suele acompañarlo... aunque vuelve a ella de todos modos en ocasiones. Una prueba más de que los videojuegos incluso son una fuente de distracción y solaz en el otoño de nuestras vidas.
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