América Latina se prepara para el mandato de Donald Trump, sabiendo que el presidente electo promete cambios en la política exterior.
Únete a nuestro canal de WhatsAppEl regreso de Donald Trump a la Casa Blanca promete una nueva etapa en la política exterior de Estados Unidos, con un enfoque renovado hacia América Latina. Durante su primer mandato, el presidente electo priorizó la seguridad fronteriza, la lucha contra el narcotráfico y adoptó una estrategia transaccional con los líderes de la región.
Con su segundo mandato del futuro jefe de Estado en el horizonte, se espera que estos temas se intensifiquen, lo que podría transformar las dinámicas entre el norte y el sur del continente.
América Latina, que enfrenta una serie de desafíos como la migración masiva, la corrupción y la inestabilidad política, será clave en las estrategias del nuevo gobierno de Trump. Países como México, Colombia, Venezuela y Cuba serán protagonistas en la agenda del republicano, con políticas que podrían generar tanto tensiones como alianzas estratégicas.
Desde un enfoque más militarizado en el control de drogas hasta políticas que podrían afectar los derechos humanos y el cambio climático, se anticipa que Trump tomará decisiones drásticas que marcarán un antes y un después en las relaciones de Estados Unidos con la región latina.
Durante su segundo mandato, las decisiones de Donald Trump afectarán el cambio climático. El medio ambiente quedará de lado, como en su primer mandato, cuando retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París. Además, podría frenar la cooperación con América Latina en protección ambiental, dejando a países como Colombia y Brasil más vulnerables a la deforestación.
Cabe mencionar que reforzará sus lazos con gobiernos autoritarios, como los de El Salvador y Brasil, y reducirá la cooperación con América Latina en temas como igualdad de género y derechos laborales. También buscará eliminar programas como DACA y TPS, lo que empeoraría las crisis humanitarias y aumentaría la presión sobre los gobiernos de la región.
Finalmente, es probable que desee priorizar enfoques militares contra el narcotráfico, descuidando la cooperación internacional en temas de paz y desarrollo, como la justicia transicional en Colombia.