Donald Trump revolucionó drásticamente la política migratoria radicalmente durante su primera semana como presidente de EE.UU. Conoce qué cambió en esta nota.
Únete a nuestro canal de WhatsAppCon apenas una semana en el cargo, el presidente de Estados Unidos ha tomado decisiones contundentes para reformar la política migratoria del país. A través de órdenes ejecutivas, busca limitar la inmigración irregular y revertir medidas clave de la administración anterior, abriendo un debate nacional sobre los derechos de los inmigrantes y la legalidad de estas iniciativas. Más detalles sobre sus drásticas medidas en esta nota.
Una de las propuestas más controversiales de Trump se centra en eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento. Esta medida contradice la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, lo que ha generado múltiples demandas legales encabezadas por estados y organizaciones como la ACLU. Cabe mencionar que aunque un juez bloqueó temporalmente la orden, la disputa continúa.
En su primera semana, se registraron arrestos masivos de migrantes indocumentados. El ICE reportó cifras récord, con operativos destacados en ciudades santuario como Chicago. Las autoridades locales han expresado su rechazo a colaborar con estas acciones, mientras el gobierno federal advierte posibles represalias.
El presidente busca cumplir su promesa de deportaciones a gran escala, ampliando los criterios para expulsiones rápidas. Sin embargo, enfrenta desafíos logísticos y diplomáticos, con países como Colombia, Brasil y México mostrando resistencia. Pese a ello, el gobierno ha asignado recursos adicionales, como el uso de aviones militares, para agilizar estos procesos.
La declaración de emergencia nacional ha permitido desplegar más tropas en la frontera con México y desbloquear fondos para la construcción del muro fronterizo. Aunque esta medida busca reforzar la seguridad, enfrenta obstáculos legales que limitan el rol de las fuerzas armadas en labores civiles.
Otras medidas incluyen la eliminación de la aplicación CBP One, utilizada para agendar citas migratorias, y el restablecimiento del programa "Quédate en México", que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano. Ambas acciones marcan un retroceso frente a las políticas implementadas por la administración anterior.