Donald Trump ha firmado un decreto que permitirá la recepción de migrantes en la base militar estadounidense ubicada en la bahía de Guantánamo, Cuba.
Únete a nuestro canal de WhatsApp¡Atención! Donald Trump anunció su intención de firmar una orden ejecutiva que permitirá trasladar a los inmigrantes ilegales más problemáticos detenidos en Estados Unidos a la Bahía de Guantánamo.
Esta instalación, conocida por su alta seguridad, cuenta con capacidad para albergar hasta 30.000 reclusos. La medida busca intensificar el control sobre la inmigración irregular y refleja la postura firme del mandatario del país americano en temas de seguridad nacional.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el miércoles una orden ejecutiva que instruye al Departamento de Defensa a preparar los centros de detención en la base militar de Guantánamo, Cuba, para recibir a migrantes.
Durante una reciente conferencia de prensa, el republicano anunció que la instalación contará con capacidad para albergar a 30.000 inmigrantes, a quienes consideró como "los peores inmigrantes ilegales criminales que amenazan al pueblo estadounidense".
Este anuncio se produce en el contexto de un ambicioso plan de deportaciones que ha caracterizado la administración de Trump desde su regreso al cargo. La Casa Blanca ha reportado miles de deportaciones en los últimos días, reafirmando su compromiso con la política migratoria dura prometida durante la campaña electoral del republicano.
Trump destacó que algunos de los migrantes son considerados tan peligrosos que no se confía en que sus países de origen los retengan, por lo que serán enviados a Guantánamo, resaltando que estas fuertes medidas son un paso más hacia la erradicación de la delincuencia asociada a la migración en las comunidades estadounidenses.
El reciente plan de deportaciones ha suscitado una fuerte oposición entre activistas, políticos y líderes regionales. Un claro ejemplo de este rechazo se evidenció el pasado fin de semana, cuando el presidente de Colombia, Gustavo Petro, expresó su negativa a recibir a los inmigrantes que serían devueltos, calificando el acuerdo como "indigno".
Esta postura refleja la creciente preocupación por el trato que reciben los extranjeros en el contexto de estas políticas migratorias.