Donald Trump tomó esta decisión argumentando que esta ley perjudica gravemente a los negocios y las organizaciones estadounidenses.
Únete a nuestro canal de WhatsAppEl presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva que suspende la aplicación de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA), una normativa clave que prohíbe a las empresas y ciudadanos estadounidenses ofrecer sobornos a funcionarios extranjeros para obtener o retener negocios.
Esta ley, vigente en el país norteamericano desde 1977, ha sido uno de los pilares en la lucha contra la corrupción en el ámbito internacional. Sin embargo, su suspensión ha generado una gran controversia en el ámbito político y empresarial. En esta nota te comentamos todos los pormenores.
Según información proporcionada por Bloomberg News y Canal26, la orden ejecutiva firmada por Trump instruye a la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, a detener las acciones legales en curso relacionadas con la FCPA. Además, se revisarán los casos pasados y actuales bajo esta legislación, mientras se desarrollan nuevas directrices para su implementación futura.
La decisión del presidente se basa en la preocupación de que la estricta aplicación de ley obstaculiza el libre comercio y dificulta la competitividad de las empresas estadounidenses en mercados globales. Al suspender temporalmente la normativa, se pretende revisar cómo hacerla más flexible y alineada con los intereses económicos y de seguridad nacional del país. "Traerá muchos más negocios a Estados Unidos", aseguró el jefe republicano.
La medida tomada por Trump podría generar alivio en ciertos sectores empresariales, especialmente aquellos que operan en mercados donde la corrupción es un problema recurrente. Para algunas empresas, la suspensión de la FCPA podría facilitar sus operaciones al eliminar lo que consideran un obstáculo innecesario.
Sin embargo, la flexibilización de la ley podría traer consigo riesgos. Expertos en comercio internacional advierten que una relajación de la normativa podría dañar la reputación de las empresas estadounidenses, especialmente si se percibe que están dispuestas a participar en prácticas poco éticas. Asimismo, podría haber represalias regulatorias por parte de otros países que mantienen una postura firme contra la corrupción.
La FCPA fue promulgada en 1977 con el objetivo de erradicar la corrupción en el comercio internacional. Su principal disposición prohíbe los sobornos a funcionarios de gobiernos extranjeros para mantener negocios. A lo largo de los años, la ley se ha adaptado, extendiendo su alcance a empresas extranjeras y personas que faciliten pagos ilícitos desde territorio estadounidense.
En 1998, la ley fue modificada para abarcar un mayor número de prácticas corruptas, y su aplicación se expandió a una amplia gama de interacciones con funcionarios extranjeros. Siendo así, no solo los sobornos directos están prohibidos, sino también cualquier oferta, plan o autorización de pagos indebidos realizados por las empresas.
A su vez, las sanciones por violar la FCPA son severas: las penas pueden incluir hasta 15 años de prisión, multas de hasta 250,000 dólares o el triple del valor de lo ofrecido ilegalmente. Las empresas enfrentan multas mucho más altas, dependiendo de la gravedad de la infracción.
En los últimos años, la aplicación de la FCPA ha aumentado significativamente, con el Departamento de Justicia de EE.UU. registrando 24 casos de violación de la ley en 2024. Los defensores de la ley sostienen que ha sido fundamental para promover la transparencia y combatir la corrupción en los negocios internacionales, y han señalado que se ha convertido en un modelo para legislaciones anticorrupción en otros países, como el Reino Unido y los miembros de la OCDE.