Gracias a un video publicado en redes sociales, la dueña del negocio expresó su frustración al no tener empleados gracias a las redadas.
Un taller mecánico en Estados Unidos experimenta una desafortunada situación como consecuencia de las drásticas políticas migratorias establecidas por Donald Trump. Gracias a un video publicado en redes sociales, la dueña del local, conocida como 'La Güera', dio a conocer su frustración al percatarse de que todos sus empleados latinos fueron detenidos por las autoridades migratorias.
Por medio de su cuenta de TikTok, 'La Güera' denunció a las agencias de migración, puesto a que la dejaron sin personal suficiente como para continuar con las operaciones propias de su trabajo. Todos los detalles de este trágico acontecimiento en esta nota.
En el video, la dueña del taller mecánico explica que las autoridades migratorias llegaron al lugar y se llevaron detenidos a todos los trabajadores que eran inmigrantes. Sin la necesidad de ocultar su enojo, 'La Güera' lanzó un mensaje a quienes suelen quejarse de los empleados latinos en Estados Unidos. "¿Dónde están los 'gringos' que decían que los mexicanos robaban el trabajo? ¡Vengan a ayudarme!", expresó.
La situación dejó al lugar en una posición complicada, retrasando las operaciones diarias. 'La Güera' argumenta que no tiene idea de cómo manejar la carga de trabajo acumulada sin contar con su equipo de apoyo. A su vez, quienes vieron su video señalan que es una crítica a los prejuicios hacia los inmigrantes, mientras otros lo ven como una explicación de las consecuencias de las políticas migratorias en pequeñas empresas.
Una vez que Donald Trump asumió la presidencia del país norteamericano, las medidas migratorias se endurecieron. Los agentes de ICE realizaran redadas diariamente, enfocándose iglesias, escuelas, hospitales y lugares de trabajo. Con base en este último establecimiento, una de las historias más impactantes ligadas al abuso de las autoridades migratorias ocurrió en El Paso, Texas. Según Telemundo, ICE acudió a una barbería sin una orden judicial.
Cabe mencionar que, a pesar de que el dueño del lugar, Óscar Vargas, pidió que se retiraran, los agentes se negaron y pidieron identificaciones a todo el que estuvo presente.