Veteranos militares fuera de servicio expresaron su desacuerdo con que el gobierno de Trump envíe miembros de la Guardia Nacional y del Cuerpo de Marines.
Un grupo creciente de veteranos y militares en servicio ha expresado su rechazo a la medida de Donald Trump de desplegar tropas en Los Ángeles. Consideran que esta acción pone en riesgo a los soldados y altera la relación civil-militar. Su oposición destaca preocupaciones sobre el uso del poder ejecutivo en asuntos internos.
Cada vez más veteranos y militares activos han expresado su rechazo a la decisión del presidente Trump de enviar marines y la Guardia Nacional al condado de Los Ángeles, considerándola un mal uso del poder ejecutivo que pone en peligro a los soldados. Este despliegue, relacionado con la represión de inmigrantes indocumentados, crea un precedente alarmante en el plan de acelerar las deportaciones de la Casa Blanca.
Janessa Goldbeck, exmiembro del Cuerpo de Marines, señaló al medio Financial Times que las fuerzas armadas deben proteger la Constitución y no servir a agendas políticas personales. Por lo que esta opinión refleja la inquietud sobre la creciente militarización en territorio nacional.
Por otro lado, el gobernador de California, Gavin Newsom, dijo que los miembros de la Guardia Nacional enviados a las protestas en Los Ángeles no contaban con recursos básicos como alimentos y agua, por lo que una gran parte estaría inactivo y que solo se trataría de aumentar el ego del presidente y no de reforzar la seguridad nacional, a raíz del enfrentamiento de los manifestantes migrantes y las fuerzas del orden.
Asimismo, enfrentó a Trump y a su zar de la frontera, Tom Homan, retándolos a que lo arresten debido a la amenazas suscitadas por parte de la Administración del Despacho Oval, quien dijo que las autoridades californianas no estaban actuando para controlar esta situación manifestaria y que se les detendría.