Trump propone identificación biométrica y control digital en fronteras. La medida desata polémica y muchos cuestionamientos.
El gobierno de Estados Unidos implementó una normativa que obliga a fotografiar a todos los visitantes extranjeros al ingresar y salir del país, sin distinción de su estatus migratorio. Esta medida, promovida durante la gestión de Donald Trump, tiene como objetivo aumentar la recolección de datos biométricos y la utilización del reconocimiento facial. Sin embargo, ha generado inquietudes en torno a la privacidad y las posibles repercusiones para las personas indocumentadas que viven en el país.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha establecido que todos los inmigrantes y extranjeros no ciudadanos deberán ser fotografiados al entrar y salir de Estados Unidos. Mientras que anteriormente solo se tomaban fotos y huellas dactilares a ciertos visitantes e inmigrantes en puntos específicos, la nueva regulación amplía este requisito a todos los puntos de entrada y salida del país.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) implementará un sistema integral para la recopilación de datos de todos los extranjeros, sin importar su punto de entrada o salida del país.
Estados Unidos registrará la fotografía de todos los extranjeros al ingresar y salir del país.
La implementación de esta medida se basa en avances tecnológicos en comparación facial, lo que permite a la CBP realizar inspecciones más exhaustivas en los puntos de entrada y salida. Estas herramientas utilizarán la información de los pasajeros junto con las fotografías de pasaportes o solicitudes de visa para verificar la identidad de los viajeros.
El sistema de reconocimiento facial ya se aplica por completo en los viajes aéreos comerciales a la entrada, a través de un programa conocido como "Simplified Arrival". Se estima que la revisión de entradas y salidas en aeropuertos y puertos marítimos se completará en un plazo de tres a cinco años.
Organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos de los inmigrantes advierten que la nueva medida podría abrir la puerta a un control más invasivo por parte de las autoridades. Temen que la recopilación de datos personales termine afectando a quienes tienen un estatus migratorio vulnerable.
Además, expertos legales resaltan que, aunque la iniciativa se ampara en normativas antiguas, la implementación de herramientas modernas de identificación automatizada provoca incertidumbre. El mayor temor es que su uso derive en errores o abusos que expongan a inmigrantes sin documentación a consecuencias inesperadas.