Perder la Green Card es más fácil de lo que muchos creen. Varias acciones, incluso involuntarias, pueden activar su cancelación en EE. UU.
Lograr la Green Card abre puertas, pero mantenerla exige responsabilidad y un historial impecable ante el sistema migratorio. Muchos residentes ignoran que ciertas acciones, omisiones o decisiones personales pueden interpretarse como un abandono del estatus o una violación directa de las normas federales. Por eso las autoridades pueden iniciar un proceso de cancelación incluso cuando la residencia ya lleva años en vigencia.
Además de analizar antecedentes penales y comportamiento migratorio, el gobierno evalúa la intención real del residente de vivir de forma permanente en el país. Si esa intención se pone en duda, el riesgo de perder la residencia aumenta.
Cualquier rastro de fraude desde documentos alterados hasta matrimonios simulados o declaraciones inconsistentes abre la puerta a una anulación inmediata del estatus, sin importar el tiempo que haya pasado desde la aprobación.
Infracciones como violencia doméstica, tráfico de sustancias, robos graves o delitos catalogados como de “moral cuestionable” pueden activar un proceso de deportación. En muchos casos, una sola condena basta para poner en riesgo tu Green Card.
Largos viajes, mudanzas temporales o establecer tu vida principal en otro lugar pueden interpretarse como abandono del estatus. Esto suele detectarse al intentar reingresar a EE. UU., cuando el oficial puede cuestionar tu intención de residencia.
No eliminar las condiciones de una residencia condicional, trabajar sin autorización o incumplir requisitos exigidos por USCIS puede ser motivo de cancelación. Incluso errores administrativos pueden desencadenar un proceso.
Cualquier participación en actividades sospechosas desde vínculos con grupos extremistas hasta conductas consideradas amenazas permite al gobierno revocar inmediatamente la residencia.
Mantener la Green Card implica demostrar constantemente que existe la intención real de vivir en Estados Unidos. Esto incluye cumplir obligaciones migratorias, evitar infracciones y sostener un vínculo claro con el país. Cualquier inconsistencia puede interpretarse como una señal de riesgo.
Además, la evaluación del estatus no ocurre solo al cometer un error: también puede activarse al viajar, renovar documentos o solicitar nuevos beneficios migratorios. Por eso es clave conocer las reglas y actuar con precaución para proteger la residencia permanente.