Además del cheque de 2 mil dólares, Trump promete nuevo bono cumpliendo un solo requisito. El problema es si hay presupuesto para cumplir dicha promesa.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha prometido otorgar un bono de 10 mil dólares a los controladores aéreos del país entero, pero para ello deben cumplir con un requisito: haber trabajado sin parar durante lo que fue el shutdown o cierre del gobierno, cuando los demócratas y republicanos no se pusieran de acuerdo en temas de presupuesto, provocando la paralización del estado por 43 días, el más largo en la historia de EE. UU.
"¡Todos los controladores aéreos deben volver al trabajo, ahora mismo!", escribió Trump el pasado lunes 10 de noviembre en su cuenta oficial de Truth Social, a la vez de amenazar con que cualquiera que no cumpla la orden será presa de un "descuento sustancial".
E insiste: "para aquellos controladores de tráfico aéreo (TSA) que fueron grandes patriotas y no se tomaron ningún día libre para la 'farsa del cierre del gobierno', recomendaré una bonificación de 10 mil dólares por persona por su distinguido servicio a nuestro país".
Pero, quienes no cumplan sus órdenes habrá penalidades: "para los que no hicieron más que quejarse y tomarse días libres, a pesar de que todos sabían que se les pagaría en breve, no estoy contento con ustedes".
Lo que dice Trump tiene asidero, ya que, tal y como lo ha reportado FOX Business, la Administración Federal de Aviación (FAA) ha experimentado escasez de personal dedicado al tráfico aéreo, principalmente, durante el cierre del gobierno que tuvo lugar desde el 1 de octubre hasta el 12 de noviembre del presente año.
En ese sentido, el cierre afectó a los controladores (como a miles de trabajadores de la administración, así como beneficiarios de programas sociales o bonos del gobierno) en el sentido que no recibieron sueldo durante dicho periodo, pero, y como establece la norma para estos casos, su sueldo es pagado retroactivamente cuando finaliza dicha etapa.
La incidencia del shutdown en esta área fue que la FAA ordenó a las aerolíneas nacionales reducir en un 4 por ciento sus vuelos en 40 aeropuertos principales, cifra que aumentó días después al 6% y pensaba subir al 12% si seguía el cierre del gobierno, pero esta acabó el 12 de noviembre.