El golpe de una derrota impensada ante El Salvador dejó una ráfaga de conclusiones de cara a la Copa América y, posteriormente, a las Eliminatorias. La selección realizó 615 pases mientras que el rival apenas llegó a 318, quedándose con el triunfo y encajándonos dos goles.
La posesión fue otro registro positivo en nuestro accionar. El 68% del juego fue nuestro, mientras que los centroamericanos solo obtuvieron el 32%, evidenciando nuevamente que si no eres contundente con las situaciones que elaboras cuestan los partidos.
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A esa fría estadística se le puede añadir que la selección obtuvo cerca de 5 situaciones claras para abrir el marcador y El Salvador a penas una en todo el partido, desnudando falta de trabajo en la finalización, luego de nuestra participación mundialista, en la cual encajamos 12 goles en 8 partidos y solo pudimos anotar en 9 ocasiones generando gran preocupación por la pobre actividad goleadora de los últimos meses.
La “bicolor” nuevamente fue víctima de su bipolaridad deportiva para encarar encuentros que en el papel nos convierte en superiores. ¡Nos queda mucho por mejorar!