Hace dos semanas una facción de la Trinchera Norte portando armas de fuego, palos y cuchillos fue al Monumental para pedir explicaciones al plantel por los malos resultados luego de la eliminación ante Capiatá y la derrota en el Clásico. La historia terminó entre groserías, empujones y una golpiza a Juan Vargas.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Barcelona: Revive los mejores momentos de Luis Enrique con los azulgranas
Ayer la historia fue distinta. Al promediar las 10:30 a.m. un grupo de barrabravas se metió a Campo Mar con la naturalidad de quien entra a su casa.
Lo hicieron por la entrada de la Vidú y ante la mirada de los juveniles que trabajaban en una de las canchas. Ingresaron, conversaron con algunos jugadores del plantel por espacio de 20 minutos, limaron asperezas, llegaron a un “entendimiento” y al final sellaron el momento con una foto grupal. Al término de la “visita” abandonaron la sede por la puerta principal.
NO TE LO PIERDAS: Con Christian Cueva, Sao Paulo venció 4-2 al PSTC y avanzó a tercera ronda de la Copa de Brasil
Lo llamativo de todo esto es la libertad con la que la barra accede a las diversas instalaciones del club, algo que hasta para el periodismo es casi imposible.
¿En qué quedó la denuncia de la directiva hacia quienes irrumpieron en el Monumental en febrero? ¿Acaso la barra tiene más poder que los directivos? ¿Les tienen miedo? En la “U” las cosas están al revés.
EL DATO
Ayer desde temprano, un patrullero y seguridad particular del club estuvieron presentes para evitar cualquier altercado.