Aunque ayer excedió los límites con una sarta de afiebradas frases, Alejandro Richino despidió una -supuestamente por culpa de la rebeldía de los jugadores- que revela cierta tirria por el trabajo de Gonzalo Barreiro, el preparador físico de la selección:
“Conmigo hacen el trabajo que yo quiero, si no se van a trabajar con Barreiro”. ¿Qué quiso decir? ¿Acaso Barreiro es “suavecito” en cuestión de exigencias? “¡Muevan el c...!”, así la barajó.