Dicen que cuando vio la pequeña silueta de Don Julio Pacheco y Enrique Sánchez, presidente y gerente, respectivamente, abandonó furioso el Monumental, harto de tantas promesas y burlas. Aunque, otros comentan que desde que llegó a entrenar estaba pidiendo la hora, por lo que el “Zorro” habría pedido permiso para irse temprano, pues su hijo Piero Alonso se encontraba solo, ya que no cuenta con una empleada doméstica que lo cuide.