Es simple. Cuando una puerta se le cierra a un diamante, debajo del tapete aparecen cien. Y claro, con un agregado que hace pensar que por algo ocurren las cosas, que el destino no se equivocó. Algo de ello debe estar pensando Édison Flores, quien en 24 horas cambió el mapa tulipán por el de un submarino.
Sucede que ante las complicaciones que surgieron con el Groningen de Holanda –no canceló a tiempo el monto de la venta del “Orejón” a Universitario– apareció el Villarreal para decir que Flores es un jugador necesario en su proyecto deportivo. LÍBERO conoció que gran parte de la operación se habría cerrado ayer, donde el cojunto español le dejaría a las arcas merengues cerca de 400 mil dólares. Serán cuatro años de contrato. Además, en caso de una futura venta del volante le tocaría el diez por ciento de ganancia a los de Ate. Cabe señalar que José del Solar fue uno de los intermediarios en que dicha transacción se concrete. “Chemo” no solo tiene el dejo de la “z” por las puras, ahí maneja una que otra carta. Por lo pronto, Flores estará agarrando sus maletas por la noche para volar a la “Madre Patria”. El sábado regresará para revisar algunos papeles e inmediatamente enrumbará a su nuevo club para integrarse al grupo y luchar por el ascenso a la primera división.