Mario Leguizamón llegó al Perú en el 2006 y se convirtió en un jugador importante de la San Martín. Su talento con el balón y excelentes goles lo llevaron a tener la '10' en Santa Anita. Sin embargo, el uruguayo tenía un temperamento 'bravo' que lo terminó jugando en contra y se ganó el apodo de "Lisurita" luego de insultar a un árbitro.
Desde que vistió la camiseta santa el jugador tuvo ciertas revoluciones, pero el futbolista Mario Leguizamón no controló sus reacciones y terminó insultando a la árbitro Silvia Reyes en el partido entre San Martin y Alianza Atlético. Este condenable hecho sucedió en abril del 2008 que terminó con el despido del jugador luego de su inoportuna acción y declaración contra las mujeres.
Leguizamón salió a declarar que: "las mujeres no deben dirigir en el fútbol masculino", además tuvo comentarios ofensivos sobre la vida personal de la colegiada Silvia Reyes. En un principio el club San Martín multó con un mes de sueldo al uruguayo pero finalmente lo echaron.
Preso de sus emociones, Mario Leguizamón tuvo duros comentarios considerando al fútbol peruano como "mediocre" y esto no fue bien tomado por sus colegas. Pero el destino lo tuvo de vuelta al popular "Lisurita" quien años más tarde volvió para defender los colores de José Gálvez en el 2010.
Pero su paso más crítico fue cuando volvió al Perú en 2013 teniendo un mal paso por Universitario de Deportes, llegó como un jugador que prometía y que vivía con la esperanza de que repita lo hecho en San Martín pero nada de eso sucedió y los hinchas cremas lo consideraron mal fichaje.
"Cuando tenía 18 años Real Madrid me quiso comprar y no se pudo dar, después tuve para irme al fútbol de Alemania y no se concretó. El América de México también estuvo interesado y no pude ir. Luego las ilusiones se perdieron totalmente, siempre seguí jugando al fútbol", confesó así "Lisurita" Leguizamón a Diez, medio de Honduras.
Luego de varios equipos por Sudamérica, Mario Leguizamón pasó al retiro en el año 2017. Hoy con 39 años vive en Uruguay junto a su familia y vive una realidad más tranquila. Eso sí, en su momento consideró haber perdido la ilusión en el fútbol pues consideró que "no llegaría tan lejos".