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Mario Leguizamón confesó a LÍBERO todo lo que habló con Ángel Comizzo

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Cierta vez alguien de esquina dijo a boca de jarro que solo Dios y los imbéciles no cambian. Pero también es verdad que no falta ese obstáculo, digamos un costalillo de huesos, que traza hasta un croquis para “matarte” en vida.

Mario Leguizamón se fue con el porqué de las cosas en su corazón, sin entender las medias verdades, del que tira la piedra y esconde la mano. Pero antes, dejó su palabra para que tú, que alguna vez pediste su titularidad en Universitario, entiendas lo que le pasó.

Gustavo Peralta Coello

¿Cuál es la verdad: te fuiste de la “U” o te echaron?Quiero aclarar que yo me fui y bien con todos. Me despedí de mis compañeros, utileros y hasta de Comizzo.

¿Y por qué tomaste esta decisión si mucha gente te pedía que no bajes los brazos?Me voy muy dolido porque no me dejaron ofrecer lo mejor de mí a Universitario; tenía sueños, ilusiones, muchas cosas, pero sé que tendré mi revancha. El fútbol da vueltas y algún día volveré por mi segunda oportunidad. 

¿Eres consciente de que trabajaste a plenitud por un espacio en el equipo titular?Con 30 años hice toda la pretemporada y estoy más vigente que nunca. Sufrí mucho, no pensé que algo así me iba a suceder. No la pasé nada bien durante estos meses... ni en la reserva jugué. 

¿Alguna lesión pudo complicar tu objetivo?Solo me lesioné una vez en la rodilla y por eso estuve fuera por veinte días, pero después todo caminó bien. Que les quede claro que no llegué lesionado al club, ¡hice toda la pretemporada!. Entrené bien. 

¿Y cuándo decidiste terminar con esta historia?Cuando todos mis compañeros tenían oportunidades... menos yo. Además, mi familia me ayudó a tomar esta decisión y me hizo ver que lo mejor era irme, estar con ellos en Uruguay que pasarla mal acá. 

¿Qué piensas hacer apenas regreses a tu país?Buscar mi futuro, aunque prefiero esperar a que se abra el libro de pases e intentar la posibilidad de seguir jugando en el fútbol peruano. 

¿Te arrepientes de haber firmado por la “U”?Para nada me arrepiento. Yo tenía varias ofertas antes de firmar, incluso de más dinero, pero decidí por la “U” porque era el club más grande del Perú,  así que los meses que estuve allí, fueron geniales. Lo mejor que me pasó en mi vida fueron dos cosas: jugar en Peñarol y llegar a Universitario.

Cuando llegaste vimos a un ganador, a un Leguizamón diferente, soñador, ¿te mataron la ilusión?Cuando llegué a la “U” pensé que mi carrera tomaría otro vuelo, quería hacer historia en el club, convertirme en un jugador importante, me esforcé al máximo en cada entrenamiento, hice la pretemporada completa y fui uno de los mejores, pero no sabía que esto me iba a pasar. Pero así es la vida; hay que saber aceptar las cosas.

¿Tuviste la camiseta “10” en las manos?Cuando llegué al equipo y me dieron la “10”, una camiseta histórica, me emocioné y dije que este sería el repunte de mi carrera, algo que no podía desaprovechar, pero lástima que las cosas terminaron así. Todas las prácticas las jugaba como si fueran partidos oficiales, pero...

¿Ángel Comizzo te explicó alguna vez por qué no te quería en el equipo?A Comizzo le gustan los equipos dinámicos, verticales, de mucho vértigo por las bandas y ahí yo no encajaba para él. Comizzo y yo somos profesionales, somos personas grandes y por eso me despedí de él. 

¿Hubo reproches en esa conversación?Yo tuve una conversación con él, nos dijimos las cosas en la cara, como debe ser, y me dijo que no me quería, me hizo saber que no estaba en sus planes, que él no me pidió y que nunca iba a tener chances de jugar en su equipo.

¿El apoyo de los hinchas hizo que soportes tanto tiempo?Ellos siempre me brindaron su cariño, veía en las redes sociales ese apoyo, los pedidos para que juegue, gracias, es lo único que puedo decirles. Eso nunca lo voy a olvidar

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