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Cristofer Soto sobre frustrado pase a River: "Viajé a Argentina, pero no hubo acuerdo con Alianza"

¡Exclusivo!Cristofer Soto era el “9” más prometedor de Alianza Lima, pero el infortunio le truncó todo, hasta fichar por River Plate. Esta historia es para llorar juntos.

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La película de la vida suele presentarnos los episodios más enrevesados que prueban nuestra fortaleza como seres humanos. Las malas experiencias aparecen como golpes de recto que te hacen besar la lona y, una vez ahí, solo hay dos posibilidades: o decides pararte o esperar tendido el conteo del final. Este es el caso de Cristofer Soto, quien contó a Libero aspectos desconocidos de su vida, como el haber fichado por River Plate de Argentina.

Por todo lo vivido durante su trayectoria como futbolista profesional este preámbulo le cae como anillo al dedo a Cristofer Soto, un futbolista que, pese a ver frustrado su traspaso a un club del extranjero hasta en tres oportunidades, hoy, con 30 años de edad y una carrera aparentemente en declive, está dispuesto a pararse, tomar el segundo aire y seguir peleando.

Soto, para ubicarnos en el contexto, pasó por las divisiones menores de Alianza Lima y gracias a sus excelentes condiciones para jugar al fútbol fue considerado como una de las promesas del cuadro blanquiazul. De hecho, fue parte de una generación dorada que ilusionó al fútbol nuestro.

Era un delantero goleador, que sobresalía por su técnica, panorama y composición física trabajada, características que le valieron el apodo de “Tanque”. Ganó el Torneo de Promoción y Reservas del 2011 y en esa misma temporada destacó en la primera Copa Libertadores sub-20 junto al internacional Paolo Hurtado, uno de sus mejores amigos.

¿En qué circunstancias llegaste a Alianza Lima?

Fui a una prueba en enero por intermedio de mi hermano, quien jugaba en las divisiones menores. Imagínate a ocho mil niños en un solo campo realizando pruebas diversas. Felizmente logré pasarlas, pero hubo un problema: no querían recibirme porque era dos años menor a la categoría por abrirse. Ahí es cuando aparece providencialmente el profesor Rafael Castillo para tenderme la mano. ‘Si el chico es dos años menor, pero tiene condiciones para jugar al fútbol, ¿por qué lo vamos a dejar ir? Tiene que quedarse’, fue la orden que dio y así comenzó mi historia en Alianza Lima.

Luego de tan gratificante experiencia con el recordado cazatalentos de club, ¿qué vino para ti?

En esos momentos, la situación económica de mi familia no era buena, había inestabilidad, a tal punto que ni siquiera había para cubrirme los pasajes. Para entonces yo me turnaba entre la categoría 88 y 89, normalmente jugaba en la categoría un año mayor, pero cuando reforzaba a la mía, era dirigido por el profesor Arturo Bazalar, que en paz descanse. Recuerdo que él me ayudaba con el dinero de los pasajes. El “Cholo” Castillo también me ayudó, y no solo a mí, sino también a varios que ahora juegan en la Primera División. Gracias a ellos y a mis padres, quienes hicieron un esfuerzo sobrehumano para salir adelante, me convertí en futbolista profesional. 

¿Cómo se produjo tu debut en la profesional?

Tenía 16 años, fue en Huaraz, partido de altura…  Luego empecé a jugar, a abrirme paso de a pocos y en ese proceso tuve el apoyo de varios futbolistas que no dudaron en ofrecerme sus consejos, como por ejemplo: Martín Ligüera, Juan Jayo, Marco Ciurlizza, Pepe Soto, Aldo Olcese y Jair Iglesias, quien siempre me decía que no me quedara quieto porque como en ese momento era pequeño y había gente “ranckeada” en mi puesto —estaban Roberto Silva, Wilmer Aguirre y Flavio Maestri— me decía que no pierda el día y le solicite al preparador físico entrenar solo. Otras personas que me aconsejaron son Francisco Pizarro, un caballero del fútbol, y César Cueto. A ellos les agradezco de todo corazón.  

¿A lo largo de tu carrera tuviste la oportunidad de jugar en algún club del extranjero?

A temprana edad tuve la primera posibilidad, pero no se concretó. Viajé a la Argentina porque River Plate quiso comprar mi pase, sin embargo, no hubo acuerdo con Alianza Lima y esa opción se cayó.

¿Existió realmente el interés de un club de Portugal?

Sí. Al club llegó la propuesta del Paços de Ferreira. El contrato era por cuatro años...

¿Y qué pasó?

No enviamos el tránsfer. Teníamos como plazo máximo la una de la tarde, pero el dirigente encargado de firmar llegó a la oficina una hora después. El presidente había autorizado y era la única firma que faltaba para remitir el documento. No se concretó la transferencia. Para mí fue un momento sumamente doloroso.

¿Después de esa amarga experiencia tuviste otra posibilidad de emigrar?

Años más tarde, con más edad y consolidado, pude ir a Cobreloa. El interés surgió en la pretemporada en Chile luego del amistoso en Calama. Recuerdo que ese partido lo jugaron los más chicos porque los experimentados debían afrontar la Copa Libertadores del 2012 y los regresaron a Lima al finalizar la preparación. Creo que en ese partido hice dos goles y mi desempeño agradó al técnico Nelson Acosta y a los dirigentes chilenos, tanto que, cuando vuelvo a Perú, estaban negociando la compra de mi pase, sin embargo, otra vez Alianza Lima volvió a frustrar mi salida.

¿Qué explicación te dieron en el club?

El presidente Guillermo Alarcón me dijo que la venta se cayó porque el presidente de Cobreloa ofreció 350 mil dólares cuando mi pase valía medio millón de dólares.

A mediados del 2012, Susana Cuba asume como administradora temporal y resuelve rebajar los salarios de los futbolistas. ¿Qué pasó contigo?

Me sentí afectado porque no se respetó el trabajo que venía realizando, me quisieron menospreciar, es allí cuando decido irme a la San Martín.

Posteriormente jugaste en algunos equipos de Primera, Segunda y Copa Perú, ¿por qué esos correríos sin rumbo fijo?

En San Martín jugué un año, después lo hice por UTC seis meses y clasificamos a Copa Sudamericana. Jugué después por León de Huánuco y también clasificamos a Copa Sudamericana. El 2015 en Ayacucho FC me fue bien y fui goleador. Con mi nivel en alza firmé por Comerciantes Unidos y tuve el infortunio de sufrir la rotura del tendón de Aquiles quedando fuera de competición por largo tiempo. Reaparecí en la Segunda jugando en Cienciano y no logramos el ascenso a Primera. Unión Huaral me abrió las puertas y estuvimos a un paso del repechaje para acceder a Primera. A mitad del año pasado jugué en Sport Chavelines y llegamos hasta la finalísima de la Copa Perú. No ganamos, pero clasificamos a la Segunda.

¿A dónde llevarás tus goles?

Mis pasos por la Segunda y la Copa Perú fueron circunstanciales, ahora quiero volver a la Primera y concretar esa salida al extranjero que tantas veces perdí. Ahora, despedirme del fútbol jugando por Alianza Lima, el equipo que me dio a conocer, sería ver cumplir mi más grande sueño.