El extécnico de la selección peruana cedió a la presión de los jugadores que querían dejar la concentración para pasar tiempo libre.
De no creer. Cuando más compromiso se pedía a los miembros de la selección peruana para cerrar de manera decorosa el vergonzoso proceso eliminatorio, salen a la luz situaciones que ponen en duda el profesionalismo al interior de la 'Bicolor'.
Fuentes dignas de todo crédito señalaron a Líbero que el sábado previo al último duelo frente a Paraguay, el técnico Óscar Ibáñez cedió ante el pedido de los jugadores y decidió dejarlos libres para que aprovechen la tarde y parte de la noche.
Es decir, con casi 72 horas previas al choque ante los guaraníes, el entrenador decidió "romper la concentración" de la selección peruana y ni bien acabó la práctica de la mañana del sábado en la Videna, los futbolistas quedaron liberados porque muchos de ellos pedían pasar tiempo libre.
Ibáñez tomó cuestionable decisión a pedido de los jugadores.
De acuerdo a las fuentes, la insistencia para no ir de la Videna al Hotel Hyatt de San Isidro, luego de los entrenamientos, fue de los experimentados y de los seleccionados que juegan en el extranjero quienes argumentaron a Ibáñez que necesitaban un espacio de distracción.
Tras las prácticas, los jugadores dejaron la sede de la FPF en San Luis sobre el mediodía y recién retomaron la concentración en el hotel entre las ocho y las nueve de la noche. Luego de ello, el plantel en su conjunto disfrutó de una cena con el comando técnico.
Esta situación no cayó nada bien en la dirigencia de la FPF ni en la dirección general de fútbol encabezada por Jean Ferrari que ya habían tomado la decisión de no mantener a Ibáñez cuyo contrato finalizó ni bien acabó el partido ante Paraguay.