Si la lucha contra el coronavirus no fuese suficiente, el Perú y hasta países potencia como Francia y Alemania deben afrontar a nuevos enemigos en medio de las numerosas bajas que sufren día a día en la guerra que significa la pandemia: a los países que embargan sus compras y ofrecen dinero en efectivo para comprar los equipos de protección que ya tenían un destino fijo antes de emprender vuelo.
Hace unos días Pilar Mazzetti, encargada del Comando de Operaciones COVID-19, lanzó un mensaje sin filtro sobre la real situación de nuestro país respecto a la lucha contra el coronavirus. En medio de dichas palabras, la exministra de Salud lanzó una grave denuncia sobre las confiscaciones que vienen practicando algunos países. "Nuestros pedidos del mes pasado están retenidos en China y los que están en otros lugares tienen que pasar por cierto país muy poderoso que lo que ha hecho es confiscar el contenido de los aviones que aterrizan en su suelo", disparó.
Si bien Mazzetti evitó soltar el nombre del acusado, en Europa no han tenido temor en sentenciar a Estados Unidos como el país que hace aquellas prácticas poco decorosas. Es más, en Francia se habla de una "guerra de mascarillas" luego que tres gobiernos regionales habían perdido pedidos ante compradores estadounidenses que ofrecieron una mayor suma y en efectivo.
Alemania no se quedó atrás y acusaron a Estados Unidos de "piratería moderna" al confiscar en Tailandia un cargamento de 200.000 mascarillas comprado para la policía de Berlín. Desde la Casa Blanca aseguraron que no vienen realizando estas prácticas y aunque desde el país europeo rebajaron el tono, expusieron su molestia debido a que las mascarillas -por las que habían pagado- siguieron sin llegar a la capital alemana.
BBC cuestiona que si aquello le sucede a potencias como a Francia y Alemania, qué pueden esperar economías menores como los países latinoamericanos, concretamente, Perú. Y para ahondar más en el contexto expone la situación de Turquía, uno de los grandes productores de equipos de proteción personal (EPP) y que ha prohibido la exportación hacia otras fronteras en un intento de abastecer sus propios hospitales y que incluso hizo un amago de retener pedidos de España que ya tenían como destino a dicho país.
En ese sentido, surge el dilema en el Gobierno Peruano de mandar un avión a China a recoger sus compras. "España nos ha asegurado que no hay problema en que aterricemos en su aeropuerto y sigamos. Pero en el camino hay otros puntos, ¿y si me detengo en Turquía, qué va a pasar? Las reglas están cambiando muy rápidamente", explicó Víctor Zamora, ministro de Salud, a BBC Mundo.
Si aquello no fuera poco, otras reglas de la economía de mercado, como la de vender al mejor postor o dar preferencia al que más compra, vienen perjudicando a nuestro país en su deseo de abastecerse de ventiladores mecánicos.
"Por la tecnología y por la cantidad que compramos, estamos últimos en la cola", expresó Zamora. "Porque nosotros compramos 100 ventiladores y otros países están comprando 100.000. Por volumen, no entramos con fuerza al mercado global. Somos un país pequeño", reafirmó.
La pandemia del coronavirus ha puesto todavía más en evidencia la falta de inversión en la salud pública en nuestro país, que solo cuenta con 250 ventiladores y cuya solución más próxima es un prototipo de ventilador diseñado por ingenieros universitarios y que podrían empezar a fabricarse en los próximos días ante la larga espera que supondrá la llegada de los ventiladores adquiridos en el mercado extranjero para fines de abril.
"Esto nos obliga a movilizar nuestros propios ventiladores que están en otros hospitales, reparar los antiguos y usar tecnología local", expuso Zamora. "Pero por supuesto que tenemos temor (de que sean embargados y no lleguen)", sentenció.
Con la pandemia de coronavirus en plena expansión, lo cierto es que esta guerra está dejando en evidencia la falta de cooperación entre países y cuya lucha por los insumos médicos está resultando un 'sálvense quien pueda', tal cual graficó hace unos días Víctor Zamora.