Siempre que vemos una película en el cine o desde la comodidad de nuestro hogar, es infaltable la popular "canchita" o palomita de maíz. Es una gran tradición el comer este alimento mientras vemos un film.
En el año 1929 en Estados Unidos, según el sociólogo Fréderic Martel, las salas de cine aún eran independientes y los dueños buscaban ideas para que estos negocios sean más rentables y no terminar quebrados.
Entonces, se dieron cuenta de que los espectadores, antes de entrar a ver la película, se compraban chucherías en los pequeños Diners o tiendas más cercanas. Debido a esto, empezaron a vender caramelos y Coca Cola dentro de los cines.
“Las palomitas de maíz, un producto mágico, se vuelven populares en la década de 1930. Cuentan con la doble ventaja de ser fáciles de producir y de tener un coste ínfimo respecto a su precio de venta: el 90 por ciento de los ingresos son puro margen”, precisó Fréderic.
Debido a esto, los cines crearon un modelo económico y empezaron a comprar maíz por mayor a las grandes industrias. Ya en la década de los 50, los empresarios agrícolas vieron en los cines los espacios perfectos para vender el maíz (palomitas) y produjeron campañas de publicidad para promover su consumo.
Sin embargo, hay otras versiones que convocan el consumo de las palomitas de maíz, se dice que luego de la Segunda Guerra Mundial, el azúcar fue un producto muy escaso. Esto hizo que repotencie el consumo de palomitas porque el maíz si abundaba.