Diferentes localidades del estado de Texas marcharon para mostrar su rechazo ante las directivas contra los inmigrantes impuestas por el presidente de EE.UU.
Una multitud ha salido a las calles para rechazar las políticas y los operativos que el gobierno de Estados Unidos y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han llevado a cabo en los últimos días contra los inmigrantes. Diferentes ciudades de Texas se han sumado al movimiento "No Kings" y buscan lograr un cambio en las políticas migratorias.
Estas marchas han sido organizadas por diferentes grupos y colectivos que se oponen a las acciones emprendidas en los últimos días contra personas indocumentadas. Mónica Haugth, integrante de un grupo vecinal en Frisco, declaró: "Hay mucha gente descontenta con la administración actual, y podemos unirnos y alzarnos para combatirla o expresar nuestra desaprobación y, con suerte, lograr algún cambio".
En Fort Worth, cientos de manifestantes se reunieron en el parque Burnett, donde portaron banderas estadounidenses y carteles con frases como "Ama a tu prójimo" o "Así es la democracia", además de entonar cánticos y arengas. Sabrina Ball, una ciudadana local, comentó: "Es el símbolo máximo de la opresión, y eso es lo que está sucediendo ahora mismo".
En la ciudad de Dallas, más de 2 000 personas acudieron al Ayuntamiento local para expresar su rechazo al gobierno. Muchas de ellas llevaron pequeñas banderas y pancartas con frases críticas hacia la Casa Blanca.
Desiree Sezer, una joven de 22 años, admitió haber votado por Trump influenciada por familiares y compañeros, pero señaló que su experiencia en la universidad le permitió adoptar otra perspectiva: "Incluso seguir fortaleciendo mi fe me hizo darme cuenta de lo equivocado que está todo esto. Ha sido muy desgarrador ver a tanta gente de mi iglesia que apoya a [Trump] seguir haciéndolo, independientemente de lo que haga".
McKinney no fue la excepción. A las 11 a. m., vecinos locales se concentraron en la autopista 75, donde arengas, carteles y cánticos de más de 3 000 personas se hicieron sentir. Esta marcha fue apoyada en parte por el Partido Demócrata. En Frisco se repitieron las mismas acciones, con 800 manifestantes que corearon: "La democracia no teme a las protestas; las dictaduras, sí".