El Departamento de Justicia está enfocando de manera intensiva sus esfuerzos para quitar la ciudadanía estadounidense a ciertos ciudadanos.
El 11 de junio, Brett Shumate, fiscal general adjunto, publicó un memorando en el que anunciaba que la desnaturalización se convertirá en una de las principales prioridades de la División Civil del Departamento de Justicia. Esta estrategia se enfocará en priorizar los casos de desnaturalización cuando haya pruebas sólidas, especialmente en situaciones en las que la persona represente una amenaza para la seguridad nacional o haya obtenido la ciudadanía de manera fraudulenta o mediante declaraciones falsas.
Este movimiento representa un cambio significativo respecto a las normas actuales, donde la desnaturalización no se había utilizado de manera tan agresiva.
De acuerdo con The Guardian, la nueva directiva del Departamento de Justicia establece que se priorizarán los casos de desnaturalización que involucren a personas que puedan representar un riesgo para la seguridad nacional.
Esto incluye a aquellos que hayan sido condenados por delitos graves o que hayan participado en actividades que amenacen la integridad del país. Además, se contempla la revocación de la ciudadanía para quienes hayan cometido fraude en el proceso de naturalización.
La decisión de intensificar la desnaturalización llega en un momento en que el discurso político en Estados Unidos se ha polarizado aún más. Los partidarios de la agenda MAGA han comenzado a utilizar la desnaturalización como un garrote contra aquellos que consideran sus enemigos ideológicos.
Algunas personalidades de los medios y legisladores han propuesto retirar la ciudadanía a figuras públicas como Zohran Mamdani, candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York, y la congresista Ilhan Omar. Estas propuestas reflejan un clima de intolerancia hacia quienes expresan ideas distintas o críticas.
La implementación de esta política de desnaturalización podría tener consecuencias significativas para la comunidad inmigrante en Estados Unidos. La posibilidad de perder la ciudadanía puede generar un clima de miedo y desconfianza entre aquellos que han logrado establecerse en el país.
Además, la confusión entre el activismo propalestino y el apoyo al terrorismo, promovida por la administración Trump, añade una capa de complejidad a la situación, ya que puede llevar a la desnaturalización de individuos que simplemente expresan opiniones políticas.