Estos arrestos aumentaron tras el segundo gobierno de Donald Trump y la imposición de drásticas medidas migratorias para capturar a los inmigrantes.
Desde que Donald Trump llegó a la presidencia con la promesa de lanzar la operación de deportación más grande en Estados Unidos, los arrestos migratorios de ICE en Michigan se han disparado en un 154 %. Este aumento refleja no solo un cambio de enfoque en la política federal, sino también una aceleración reciente en las detenciones, especialmente de inmigrantes sin antecedentes penales.
En total, se estima que al menos 56,000 inmigrantes están actualmente detenidos a manos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), con aproximadamente 30,000 de ellos sin historial criminal, el grupo que más ha crecido en los últimos meses. En esta nota te comentamos más detalles de esta drástica situación.
Detrás de esta intensificación se encuentra Stephen Miller, asesor principal de la Casa Blanca y uno de los principales diseñadores de la política migratoria más dura de la administración de Trump. Según informes, Miller ordenó a ICE que aumentara sus operaciones de detención, lo que llevó a una nueva meta interna: realizar 3,000 arrestos diarios.
A pesar de que el discurso oficial insiste en que se busca a “delincuentes peligrosos”, los datos dicen lo contrario. Las cifras analizadas por el Proyecto de Datos de Deportación y NPR muestran que el número de personas sin antecedentes penales detenidas se ha duplicado desde mayo.
Las redadas en ciudades como Los Ángeles marcaron un punto de inflexión, afectando cada vez más a inmigrantes con años de residencia y sin historial delictivo.
Las consecuencias de las nuevas políticas migratorias se sienten con fuerza en las comunidades de inmigrantes. Uno de los casos más escuchados es el de Maurillo Ambrocio, un pastor guatemalteco que vivió 30 años en Estados Unidos, sin antecedentes penales y con un negocio propio, que fue deportado tras presentarse a una cita rutinaria con ICE.
Su detención conmocionó a su comunidad, incluso a vecinos que apoyaban a Trump. A medida que estos casos se hacen más visibles, la opinión pública comienza a cambiar: una reciente encuesta de NPR, PBS y Marist muestra que el 52% de los estadounidenses desaprueba el enfoque migratorio del gobierno.