Tras operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, una ciudad de California luce desierta por el temor de sus habitantes a nuevas redadas.
Los operativos migratorios realizados por personal federal en diversos estados y ciudades de Estados Unidos generaron temor entre la población, provocando que muchas personas eviten salir a las calles. Agentes de ICE patrullan espacios públicos y privados con el objetivo de detener a la mayor cantidad posible de extranjeros. En una ciudad de California, esta situación ha causado que la localidad luzca prácticamente vacía.
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Esta localidad del sur de California, con poco más de 50.000 habitantes, en su mayoría de origen latino, solía ser un centro urbano lleno de vida, con reuniones sociales y comercios concurridos. Hoy, las calles lucen casi vacías y muchos negocios permanecen cerrados debido al incremento de arrestos por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, lo que ha desatado pánico y temor en las familias, transformando por completo la interacción social.
El cambio ha sido tan drástico que, en Pacific Boulevard, los residentes que antes permanecían abiertos al público ahora lucen cerrados y solo atienden a quienes tocan la puerta. Según el concejal local Jonathan Sanabria, esta estrategia busca proteger a clientes y comerciantes de apariciones inesperadas de agentes federales o del orden.
Diferentes negocios, como tiendas de ropa y salones para eventos, reportaron caídas drásticas en sus ventas. El concejal afirmó que la contracción económica afecta tanto a los dueños como a los ingresos fiscales municipales: "Menos ventas significan menos impuestos, y eso se traduce en menos recursos para servicios comunitarios". Expertos en economía urbana advirtieron que esta situación podría tardar años en revertirse.
Desde que Donald Trump tomó el mando, las políticas migratorias se han endurecido significativamente. Se han registrado arrestos en audiencias, empresas, colegios y redadas en negocios comerciales, cuyos detenidos son enviados a centros de detención para su posterior deportación.
Además, inmigrantes han denunciado maltratos y condiciones inhumanas en estos lugares, incluyendo alimentos en mal estado y la negación de ciertos derechos. Otro factor que alimenta el miedo es la posibilidad de ser separados de sus familias y perder años de trabajo debido a las medidas de la nueva administración.