Más de 1,000 ciudadanos estadounidenses quieren integrarse a la oficina de inmigración para supervisar y deportar inmigrantes indocumentados.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) puso en marcha una nueva iniciativa que causó sorpresa y cierta inquietud entre la comunidad inmigrante en Estados Unidos. Sorprendentemente, más de 150,000 personas expresaron interés en formar parte de la agencia para colaborar en la deportación de inmigrantes indocumentados, lo que representa un cambio notable en la manera en que el ICE recluta personal.
Según Kristi Noem, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el ICE recibió un volumen histórico de solicitudes: "Más de 150,000 estadounidenses patriotas desean defender la patria expulsando a los peores delincuentes extranjeros ilegales de Estados Unidos", señaló.
La agencia ofreció atractivos paquetes de incentivos para quienes se integren a sus filas, incluyendo bonos de firma de hasta 50,000 dólares, condonación de préstamos estudiantiles, pago por disponibilidad del 25 % para agentes especiales de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional, horas extras para oficiales de deportación y beneficios de jubilación mejorados.
Hasta la fecha, el ICE emitió más de 18,000 ofertas de trabajo provisionales, reforzando su presencia en operativos contra criminales extranjeros.
El objetivo declarado de esta medida es fortalecer la capacidad de la agencia para enfrentar delitos graves cometidos por inmigrantes indocumentados, incluidos asesinos, pedófilos, violadores, terroristas y miembros de pandillas.
El 2025 estuvo marcado por un aumento en las redadas migratorias, lo que generó un clima de incertidumbre para la comunidad hispana. Nicolás Kanellos, profesor de la Universidad de Houston, advirtió que esta situación representa "una de las épocas más difíciles para los hispanos en este país".
Además de generar tensión social, estas políticas migratorias podrían afectar la economía, mientras que las celebraciones del Mes de la Herencia Hispana se ven opacadas por la creciente presencia de operativos de deportación en distintas ciudades de Estados Unidos. La combinación del fuerte reclutamiento de ciudadanos estadounidenses por parte del ICE y la intensificación de las redadas ha encendido alarmas tanto dentro de la comunidad inmigrante como entre defensores de los derechos civiles.