Ciclón categoría 5 golpea Jamaica con vientos de casi 300 km/h: muertes, destrucción, apagones masivos y riesgo extremo de inundaciones y deslizamientos.
Jamaica vive uno de los capítulos más oscuros de su historia reciente. El huracán Melissa, convertido en un monstruo categoría 5, golpeó la isla con una fuerza devastadora: ráfagas que rozan los 300 km/h, lluvias interminables y un mar desatado que ya comenzó a devorar comunidades costeras.
Las alertas suenan en todo el país mientras el ciclón continúa moviéndose con una lentitud peligrosa, descargando una cantidad de agua capaz de provocar inundaciones catastróficas y deslizamientos masivos. "La vida está en riesgo. No hay estructura que pueda resistir algo así", advirtió el primer ministro Andrew Holness con el gesto endurecido por la preocupación.
Equipos de rescate luchan entre escombros e inundaciones extremas.
Hasta el momento, siete personas han perdido la vida en Jamaica, Haití y República Dominicana por los efectos de la tormenta.
Mientras las autoridades claman que los habitantes se alejen de las zonas críticas, miles de refugios permanecen sorprendentemente vacíos. "Jamaicanos, este no es el momento de ser valientes. Necesitamos que tomen esta amenaza en serio", pidió el ministro Desmond McKenzie. La desesperación crece en hospitales, comunidades rurales y calles inundadas donde muchas familias aún se resisten a abandonar sus hogares.
Melissa no solo es fuerte: también es lenta. Esa combinación la convierte en un enemigo más temible. La Cruz Roja alertó que la ansiedad aumenta cada minuto que pasa sin que el huracán abandone la isla. Mientras tanto, gran parte del país ya está sin electricidad ni agua, y árboles, techos y postes se convierten en proyectiles mortales. "Aunque estamos lejos del ojo, el ruido es aterrador", relató un padre de familia desde Kingston.
Las proyecciones indican que Melissa tocará el este de Cuba en las próximas horas. Se activaron evacuaciones para más de 650.000 personas, se suspendieron clases y se aseguraron viviendas con lo poco disponible. Haití y República Dominicana también se preparan para recibir hasta un metro de lluvia, lo que podría agravar su ya frágil situación humanitaria.
Expertos en clima advierten que la rápida intensificación del huracán es una señal alarmante de cómo la crisis ambiental está potenciando fenómenos extremos. "El agua es la verdadera asesina", recordó un especialista en huracanes. "Y Melissa tiene suficiente para causar una tragedia".