Un repentino calentamiento estratosférico podría debilitar el vórtice polar y adelantar una ola de frío que impactaría amplias zonas de Estados Unidos.
Estados Unidos sigue de cerca un evento climático poco común que podría alterar la llegada del invierno. Meteorólogos y autoridades federales advierten que un calentamiento estratosférico repentino, detectado sobre el Ártico, podría debilitar el vórtice polar y permitir que masas de aire extremadamente frío desciendan hacia el país desde el 25 de noviembre.
Las zonas más expuestas serían el centro, norte y noreste, donde millones de habitantes podrían enfrentar temperaturas más bajas de lo normal, interrupciones en transporte y posibles efectos en la demanda de energía.
De acuerdo con el Centro de Predicción Climática (CPC) de la NOAA, el calentamiento estratosférico se presenta acompañado por la presencia de La Niña, lo que genera un patrón atmosférico poco habitual que dificulta pronósticos precisos.
Modelos climáticos anticipan un descenso abrupto de temperaturas.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) y The Weather Channel coinciden en que las primeras señales podrían notarse en el Alto Medio Oeste y las Grandes Llanuras. Reuters señala que este tipo de desajuste atmosférico suele anticipar descensos bruscos y repentinos de temperatura.
Lo inusual no solo es la intensidad del evento, sino también la fecha: en 70 años solo se han registrado dos calentamientos estratosféricos significativos en noviembre, en 1958 y 1968, ambos seguidos por olas de frío severas.
Este fenómeno ocurre cuando la temperatura en la estratósfera entre 10 y 50 km de altura aumenta de golpe, a veces más de 20 °C en pocos días. Ese salto térmico desestabiliza el vórtice polar, la corriente de aire que mantiene el frío extremo encerrado en la región ártica. Una vez debilitado, el aire helado puede desplazarse hacia el sur y desencadenar tormentas de nieve, ráfagas de viento inusual y un cambio abrupto en el comportamiento climático del país.
Según NOAA y The Weather Channel, episodios similares han provocado nevadas fuera de temporada y tormentas intensas incluso en estados que no suelen enfrentar inviernos extremos.
Los modelos del CPC indican que las temperaturas podrían situarse por debajo del promedio estacional entre finales de noviembre y principios de diciembre.
Las áreas con mayor probabilidad de afectación incluyen:
Meteorólogos del NWS, citados por Newsweek, anticipan que el impacto podría extenderse gradualmente hacia la Costa Este durante el avance del fenómeno. La NOAA y la Armada de EE.UU. registran solo dos eventos comparables en noviembre. En ambos casos, el país experimentó temperaturas históricamente bajas, aumento de tormentas invernales y cambios abruptos en los sistemas frontales.
Tras estos eventos, los efectos climáticos pueden durar semanas, con oscilaciones en viento, nieve y precipitaciones difíciles de anticipar.
El NWS advierte sobre un aumento en la demanda de gas y electricidad, potenciales retrasos en carreteras y aeropuertos, así como impacto en actividades agrícolas y logísticas si el frío llega con fuerza. El NOAA recuerda que este tipo de eventos puede alterar cadenas de suministro y generar complicaciones en zonas que no suelen prepararse para un invierno adelantado.
Las autoridades recomiendan:
El monitoreo será crucial en los próximos días, ya que la combinación del calentamiento estratosférico y otros patrones atmosféricos podría redefinir la transición hacia el invierno en Estados Unidos.