California activó una ley que autoriza la confiscación de autos y la suspensión de licencias por conductas imprudentes al volante.
Una nueva ofensiva contra la conducción temeraria comenzó en California y ya genera preocupación entre automovilistas. Las autoridades estatales activaron cambios clave en la normativa de tránsito que impactan directamente en la validez de la licencia de conducir y en la posesión del vehículo, especialmente para quienes incurran en conductas consideradas de alto riesgo para la seguridad pública.
El ajuste legal responde al aumento sostenido de accidentes y eventos ilegales en la vía pública, detectados por la California Highway Patrol en zonas urbanas con alta circulación vehicular.
California activa mano dura contra carreras ilegales y maniobras peligrosas.
La normativa, impulsada y firmada por el gobernador Gavin Newsom, modifica los criterios bajo los cuales un conductor puede perder no solo su licencia, sino también su vehículo. La medida busca frenar prácticas peligrosas que se han multiplicado en ciudades como Los Ángeles, Oakland, San José y Sacramento.
Con la entrada en vigencia anticipada de la ley AB 3085 conocida como Ley Gipson las fuerzas de seguridad cuentan ahora con mayor margen legal para actuar de inmediato frente a infracciones graves, incluso sin necesidad de una condena previa.
La legislación establece que perderán la tenencia del auto quienes sean sorprendidos en situaciones que pongan en riesgo a terceros o alteren el orden vial. Entre las faltas más graves se incluyen:
En varios de estos casos, la incautación puede extenderse hasta por 30 días o más, dependiendo de los antecedentes del conductor.
Además de perder el vehículo, los conductores sancionados enfrentarán un paquete de medidas adicionales que pueden afectar seriamente su historial y economía:
Las autoridades advierten que el objetivo no es recaudatorio, sino disuasivo, y que las sanciones se aplicarán con tolerancia cero.