La gran final de la Champions League se vive a toda intensidad en el Estadio Olímpico de Kiev, Ucrania. Tanto el Real Madrid como el Liverpool salieron a desequilibrar en el marcador, pero fue el Madrid quien anotó el primer tanto del partido, a través de Karim Benzema.
El Liverpool no bajó los brazos y buscó emparejar el partido de inmediato. La presión que ejercían se trasladó al resultado a los 55 minutos del encuentro. Fue Sadio Mané, la principal carta de gol tras la salida de Mohamed Salah, quien se encargó de anotar el gol.
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La jugada del empate nació de un tiro de esquina. Un centro preciso, desde la derecha, encontró la cabeza del croata Dejan Lovren. El defensa central bajó el balón y Sadio Mané, quien se encontraba bien habilitado, empujó la pelota en el área chica, ganando la ocasión ante la salida de Keylor Navas.
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El estadio ucraniano explotó de alegría por el empate y el senegalés no tuvo mejor idea que dedicarle la anotación a Mohamed Salah. Sadio Mané besó el campo y luego miró al cielo, levantando los brazos, en clara referencia al egipcio.