La noche de Libertadores será inolvidable para Alberto Rodríguez porque no podrá jugar peor que ante Capiatá. El “Mudo” fue uno de los puntos más bajos del esquema merengue y desapareció cuando el equipo más lo necesitaba.
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A los 35’, Roberto Gamarra desnudó sus problemas defensivos cuando el atacante lo superó en velocidad y definió el balón por la huacha de Carlos Cáceda. No cortó la jugada.
Pese al golpe, el “5” se recuperó, levantó la cabeza y salvó dos jugadas claves antes del descanso. El complemento fue una lágrima para el zaguero de la selección. Se esfumó.
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Justificar a Rodríguez de las falencias en el fondo es injusto, pero con su experiencia debió imponer respeto al lado de Galliquio. Nunca se escuchó su voz de mando. Todo el equipo se equivocó, nadie levantó cabeza.
EL DATO
Los postes salvaron a Universitario de Deportes de un resultado de escándalo.