José Guidino, próximo refuerzo de Alianza, es iluminado por una estrella desde que era niño. Para el defensa la vida no ha sido fácil, por eso tiene doble mérito su arribo al campeón.
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Rosario, su madre, lo forjó solita. Trabajó como cocinera en Alianza, cuidó de futbolistas en la casa hogar, a la par lo educó, lo guió y hoy le ríen a la vida. “Comía con Yordy, Fuentes, Trujillo... Bromeábamos, éramos una familia”, recordó José.
Curiosamente, mamá no quería que se dedicara al fútbol pero ahora disfruta su presente. “Lloraba porque no me dejaba salir, pero era terco y por eso recibí cocachos”, confesó.
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Pudo iniciar en Alianza, está claro, pero tomó su ruta: se formó en EGB, se probó en Twente, Vancouver Whitecaps, jugó dos años en “Muni” y ahora Alianza lo espera. “Quiero jugar en la selección y campeonar”, finalizó.
