Los residentes permanentes con Green Card pueden salir de EE.UU., pero si permanecen fuera por más del tiempo permitido, podrían sufrir consecuencias.
Los titulares de la Green Card, que son residentes permanentes, disfrutan de la libertad de viajar dentro y fuera del país. Sin embargo, una de las preguntas más comunes es la duda por sabr cuánto tiempo se puede estar fuera sin arriesgar el estatus migratorio. Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), los residentes permanentes pueden viajar, pero respetando ciertos límites temporales. AQUÍ los detalles.
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Uno de los principales beneficios de la Green Card es la posibilidad de viajar internacionalmente. Sin embargo, los titulares deben seguir normas específicas para evitar problemas al regresar a Estados Unidos. Los residentes pueden salir y regresar cuantas veces deseen, siempre que no estén fuera del país por más de un año. Si superan este período, necesitarán un permiso adicional para garantizar su reingreso.
Los titulares de la Green Card pueden viajar libremente, siempre que su ausencia no exceda los 12 meses. Si se mantiene dentro de este plazo, el residente puede regresar sin inconvenientes, llevando consigo su Green Card o una visa de regreso para residentes. Este documento permite demostrar su estatus de residente permanente ante las autoridades fronterizas al volver.
Aunque no es obligatorio presentar un pasaporte al regresar a Estados Unidos, la CBP recomienda tenerlo a mano durante los viajes internacionales, ya que algunos países pueden exigirlo para sus controles de entrada o salida. Además, mostrar el pasaporte junto con la Green Card puede simplificar los trámites migratorios.
Si un residente permanente planea estar fuera de Estados Unidos por más de un año, debe tomar medidas para asegurar su regreso. En este caso, es necesario solicitar un permiso de reingreso a través del Formulario I-131 de USCIS. Este permiso permite al residente volver a entrar, incluso si ha estado más de un año en el extranjero. Los permisos de reingreso son válidos por hasta dos años, brindando flexibilidad para quienes necesitan ausentarse por razones personales o laborales.
Este permiso es crucial para los residentes que planean estar fuera por períodos prolongados, ya que, sin él, podrían perder su estatus de residencia. No tomar estas precauciones puede resultar en la negación de entrada al regresar a Estados Unidos, obligando al residente a reiniciar el proceso migratorio.
