El horno puede consumir mucha energía eléctrica en tu casa, pero no tiene que ser así siempre. Aquí conocerás cinco buenísimos consejos.
Únete a nuestro canal de WhatsAppMuchos cuentan con un horno en casa. Ese electrodoméstico que nos permite generar calor, cocinar alimentos y mantener los platillos a cierta temperatura resulta muy útil en la cocina, pero puede llegar a consumir gran cantidad de energía eléctrica.
En promedio, un horno normal puede tener entre 900 y 3500 vatios de potencia (W). Cuando hablamos del horno eléctrico doméstico, por ejemplo, oscila en los 1500 vatios que se consumirían por hora. ¿Te parece mucho? Pues aquí hay cinco buenísimos consejos para que ahorres energía al usar este electrodoméstico.
Sí, por momentos hay que abrir la puerta del horno para saber cómo se están cocinando nuestros alimentos. Sin embargo, ten en cuenta que ello implica pérdidas de calor que pueden hacer menos eficiente su uso.
Para esto, lo recomendable es que tengas bien en organizados los momentos específicos en los que necesitarías abrir la puerta del horno. Así no descuidarás los alimentos que están adentro y, a su vez, el electrodoméstico no perderá eficiencia.
El horno deja calor residual. Eso implica que puedes apagarlo unos cinco minutos antes de terminar tu receta sin que la cocción se vea afectada. El residuo de calor será suficiente y podrás ahorrar energía; lo que se traducirá en ahorrar en el recibo de luz.
La limpieza y mantenimiento del horno son factores que influyen mucho en el subsiguiente ahorro energético. Pasado un tiempo, puede que el termostato o el ventilador comiencen a fallar. También puede que la puerta deje de cerrar bien y el calor se escape.
Por otro lado, acumular muchos residuos puede provocar que el calor no se distribuya de forma homogénea dentro del aparato. Si le damos el cuidado debido, podremos alargar su vida útil y lograr que consuma menos energía.
Si cocinas los alimentos cortados en porciones más pequeñas, estos necesitarán menos tiempo para cocinarse. Es un truco muy fácil para ahorrar tiempo y dinero al momento de utilizar el horno.
Debemos asegurarnos de usar recipientes que canalicen bien el calor, con lo que los alimentos se cocinarán o calentarán mucho más rápido. Por ejemplo, los recipientes de cerámica o vidrio pueden guardar muy bien la temperatura. También son buenos los recipientes de metal indicados para horneado.