Para este país sudamericano fue una verdadera bendición toparse con enormes yacimientos de petróleo que superan con creces a los del Brasil.
Únete a nuestro canal de WhatsAppSudamérica, en su mayoría, está conformado por naciones emergentes o en vías de progreso que aún se encuentran un tanto distantes para alcanzar a economías del llamado “mundo desarrollado”. Sin embargo, existe un país, quizás el más impensado de todos que, aunque no lo creas, es más rico que Canadá.
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Limita con Venezuela y tiene poco más de 800 mil habitantes, siendo una antigua colonia holandesa y del Reino Unido de la cual se independizó en 1966: nos referimos a Guyana, un estado al que poco se le asocia con Sudamérica y cuyos enormes yacimientos de petróleo han impulsado su economía.
Este boom por el oro negro en Guyana se masificó hace unos años cuando comenzaron arribar transnacionales como Exxon Mobil, Hess o la china CNOOC, entre otras empresas de las cuales, hasta el momento, han extraído unos 11 mil millones de barriles, aunque, de acuerdo a la BBC, esto podría extenderse a los 17 mil millones.
De hecho la cadena inglesa no ha dudado en bautizar a este país como el “Dubái de Sudamérica”, entre otras cosas porque superó con creces a las cifras del Brasil y que en 2019 pasó de ser una economía basada en la agricultura de subsistencia, minería de oro y diamantes, a una de extracción petrolífera.
Asimismo, el Fondo Monetario Internacional dice que, entre el 2019 al 2023, el PBI de Guyana dio un impresionante salto de 184 por ciento, es decir, de 170 millones de dólares a 14.700 millones, superando en este último año a Canadá.
Este crecimiento ha provocado el surgimiento de una vigorizada clase media, a la vez que el mercado de Guyana ha adoptado una impresionante competitividad, donde el sector de la infraestructura muestra un despegue sin igual en su historia, en el que el paisaje urbano se tiñe con los nuevos edificios que se levantan en las ciudades más importantes.
Sin embargo, Guyana tiene grandes retos por delante como realizar una mejor distribución de la riqueza, ya que de acuerdo al ranking del Índice de Desarrollo Humano (IDH), el país sudamericano se encuentra en el puesto 108, es decir, muy lejos de que las grandes mayorías vean reflejados en su día a día el impacto del auge de la industria petrolífera.
Y es que si el gobierno y las autoridades hacen bien las cosas, podrían convertir a esta nación en algo parecido a los Tigres Asiáticos o los estados árabes o, seguir el camino de su vecino, Venezuela, para quien el oro negro ha sido su maldición, sin mencionar que el régimen de Nicolás Maduro reclama posesiones sobre la región del Esequibo, donde se encontraron extensos yacimientos petroleros.