Este teléfono de Samsung tiene un alto rendimiento y cuenta con funciones muy novedosas. Lo mejor es que su precio es sumamente accesible al público.
Samsung se ha consolidado como una de las marcas más reconocidas en el sector tecnológico, destacándose especialmente por su variada gama de modelos de gama media que atraen a un amplio espectro de consumidores. En este contexto, el Samsung A55 resalta como un dispositivo que combina un rendimiento sobresaliente con una considerable aceptación en el mercado, ofreciendo eficiencia a un precio accesible.
Estamos hablando de un smartphone que lo hace bien, prácticamente, todo, sobresaliendo en casi todos sus apartados como la pantalla, el procesador, almacenamiento, fotografía, así como una buena política de actualizaciones. ¿Quieres acceder a su reseña completa? Te brindamos toda la información que debes conocer.
Con un peso de 213 gramos, el Samsung A55 destaca por su pantalla Super AMOLED de 6,6 pulgadas, que ofrece una asombrosa resolución FullHD+. También incorpora una tasa de refresco de 120Hz y un brillo máximo de 1,000 nits, lo que lo hace aún más impresionante.
Aquí, nos encontramos con un procesador de la casa: el Exynos 1480, con su RAM de 8GB, así como memoria interna de 128GB y 256GB, que no se puede ampliar por medio de tarjeta microSD.
Por otro lado, su sistema operativo es el OneUI 6.1 basado en Android 14, pero que tendrá una vida prolongada con sus 4 años de actualizaciones en sistema operativo, como en temas de seguridad.
El Samsung A55 viene con una notable autonomía, ya que su batería es de 5000 mAh, mientras que su carga rápida es de 25W. En este último, nos habría gustado que esté mejor balanceado con, por lo menos, 33W.
Si vamos al apartado fotográfico de este gama media de Samsung, nos topamos con una triple cámara, cuyo lente principal de 50MP tiene estabilización óptica, ultra gran angular de 12MP, macro de 5MP. En tanto que su frontal es de 32MP.
Sobre el video, el Samsung A55 puede grabar en 4K a 30fps, que nos dará buenos resultados, pero flaquea en la estabilización que no posee.