UFC: ¿Las Artes Marciales Mixtas podrán competir con el fútbol?

Mi escepticismo me llevó a vivir al pie del octágono la efervescencia por las Artes Marciales Mixtas en países como Brasil y México, consumidores recalcitrantes del fútbol en todas sus dimensiones. La nación adoptada por Caín Velásquez –estadounidense con raíces aztecas y puños de macho callejero- presumía de la creación de una televisora de paga que calculaba al menos 34 millones de suscritos desenfrenados por las peleas –muchas resueltas en segundos- de la UFC, organización que para los entendidos le pisará en apenas unos años los talones a la FIFA, sobre todo en materia comercial y cajero automático de millones de dólares. 

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Según las estadísticas anuales, son 800 millones de hogares en el mundo (¡y en 28 idiomas!) que se “prenden” a sus televisores como si se tratase del estreno de la última cinta de Scorsese. Entonces, como dicen los chicos, estamos ante un monstruo de mil cabezas. En el 2011, Fox Sports pagó 700 millones de dólares por la transmisión en exclusiva de los combates de la UFC por siete años. Y las cifras llueven. Las calculadoras no soportan tantos números. 

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Yo he visto a muchachos, no solo chiquillas por si acaso, colgarse del cuello de Fabricio Werdum y llorar a raudales, pero ni siquiera por un selfie sino por tocar los puños del campeón de los pesos completos y simular un enfrentamiento casual. Eso tiene un nombre: pasión. Y en países como México, Brasil, Estados Unidos a la vanguardia, ahora Argentina, Colombia que paga miles de dólares por las clínicas de Werdum, existe un nuevo conducto de escape para las masas. Y a la gente hay que tenerla feliz.