Este país de Latinoamérica no tiene ejército y ni así pudo ser invadido: descubre cuál es

Por lo general, solemos creer que para que un país se mantenga seguro de cualquier amenaza, sobre todo externa, necesita de una fuerza armada capaz de disuadir como repeler a potenciales invasores, pero este país de Latinoamérica es muy particular, pues no cuenta con ejército hace casi 80 años y pese a ello un intentó de invasión fracasó rotundamente.

Por si no tienes idea de qué estoy hablando, entonces déjame contarme que Costa Rica es la única nación de Hispanoamérica que no cuenta con fuerzas armadas ni de aire, mar y tierra y, puede que no lo creas, es uno de los estados más estables de estas latitudes tanto económica como socialmente.

Y es que tuvieron lugar una serie de hechos que llevaron a las autoridades del país centroamericano al punto culminante en 1948 con el final de una cruenta guerra civil, donde el entonces presidente José Figueres Ferrer tomó la osada decisión de disolver el ejército, la cual fue ratificada un año después con la Constitución de 1949.

Lo que siguió fue que las prioridades cambiaran pues, en vez gastar presupuesto en defensa, se reorientó a sectores vitales como la preservación del medio ambiente, la atención de la salud, pero también a la educación.

Con esto, Costa Rica comenzó a experimentar un desarrollo social que se mantuvo durante varias décadas, inclusive, hasta nuestros días.

Pero, muchos podrían preguntarse cómo funciona la seguridad aquí, sobre todo porque la estabilidad es una constante que no decae en comparación a la situación de sus vecinos. ¿Qué hicieron? Simple, reforzar debidamente a la policía, pero no solo eso, también solidificar el poder judicial.

De hecho, esto conllevó a que en la actualidad la llamada "Suiza de América Central" se encuentre en el puesto 39 del Índice de la Paz del 2023, lo que significa que, en los hechos, es el lugar más seguro de toda América Latina.

Ahora bien, un dato no menor es que en San José, capital costarricense, alberga la sede de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), jurando ser extremadamente respetuosos de los derechos humanos, lo que refuerza su popularidad en el mundo.

Respecto al costo de vida, por ejemplo, vivir en Costa Rica es 43 por ciento más costoso que en el Perú, al punto que el salario mínimo ronda entre los US$ 746 dólares estadounidenses.

Esta estabilidad hace que algunos servicios se encuentren por encima de otros países latinoamericanos; como es el caso de la vivienda, donde el alquiler de un departamento de una sola habitación se encuentre entre los US$ 331 a US$ 490; en tanto que uno de tres cuartos por no menos de US$ 610 y US$ 824.

En lo referente al transporte público, se estima que los costarricenses al mes gastan un promedio de US$ 35, ya que la tarifa base de un taxi cuesta un aproximado de US$ 1.04; un ticket de bus lo encuentras desde 80 centavos de dólar.

Por otro lado, la comida no es menos cara, ya que una cena para dos personas vale desde US$ 20 dólares, mientras que US$ 7.20 un menú en un local nada lujoso.

Cuando acabó la Guerra Civil en 1948, el bando perdedor liderado por Rafael Ángel Calderón Guardia, sus aliados y tropas se exiliaron en países vecinos, principalmente Nicaragua.

Confiado que Costa Rica no tenía ejército, el 11 de enero de 1955 las tropas calderonistas, apoyadas por el presidente nicaragüense Anastasio Somoza, ingresaron al país pensando también que recibirían apoyo popular contra el régimen de José María Figueres Ferrer.

Las fuerzas invasoras no solo eran respaldadas por Nicaragua, también por los mandatarios de Venezuela Marcos Pérez Jiménez, el de República Dominicana Rafael Trujillo y Carlos Castillo Armas de Guatemala, todos ellos querían derrocar a Figueres y reemplazarlo por Calderón.

Pero, los invasores no sabían que el gobierno costarricense estaba usando dinero para rearmar a la Guardia Civil, la reserva y el resguardo fiscal; además que Figueres fue elegido democráticamente contando con gran popularidad. Por otro lado, también contaban con fuerzas para militares que fueron reactivadas para suamarse al esfuerzo de guerra.

La guerra se decidió entre el 15 y el 17 de enero en la batalla de la hacienda de Santa Rosa; aquí, los invasores huyeron marcando el final de la guerra y la preservación de la paz social como el estado de derecho en Costa Rica.