En la trepidante historia de la Fórmula 1 se recuerda con particular emoción el 30 de agosto de 1992, fecha en la que Michael Schumacher comenzó su senda victoriosa (91 alegrías en total) al quedarse con el circuito de Spa-Francorchamps de Bélgica.
Al volante del Benetton Ford Cosworth, el alemán —en ese entonces— de 23 años se impuso a Senna y Mansell, entre otros, con una osada estrategia y plena confianza en sus capacidades que sorprendieron a más de uno.
Willem Toet, ingeniero cercano a Michael Schumacher cuando llegó a Benetton, reveló que el piloto pidió cambiar el tacómetro del monoplaza por un velocímetro que también le indicara la marcha en la que iba. Funcionó.
"Si llegó a una curva en tercera o si llego a la misma en segunda, quiero saber lo que ayuda en mi aceleración. ¿Consigo una velocidad más alta o pierdo la aceleración de ir en segunda cuando cambio de marcha?", recuerda el australiano de aquel joven recién llegado al equipo.
Revive su carrera en un video de YouTube
Dicho momento no fue más que el inicio de una extraordinaria carrera con siete campeonatos mundiales, un sinfín de récords personales y, sobre todo, un ejemplo de profesionalismo para toda la Fórmula 1.