Este país europeo ayudará a los inmigrantes que fueron deportados por los agentes de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos.
Un pacto entre Estados Unidos y un país europeo ha sido firmado a favor de los inmigrantes que han sido deportados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Esta nación se establecerá como un punto de tránsito para los deportados, asegurando su regreso seguro a sus países de origen. Asimismo, se ha comprometido a aceptar un número restringido de deportados cada año, brindando apoyo logístico durante su proceso de repatriación. A continuación, se presentan más detalles sobre este acuerdo.
Gracias a una alianza estratégica por un año y al agradecimiento simbólico por el apoyo estadounidense para su independencia como nación, Kosovo aprobó acoger a 50 inmigrantes expulsados de Estados Unidos, como parte de un acuerdo temporal para facilitar su regreso seguro a sus países de origen. Cabe precisar que estos migrantes no son ciudadanos kosovares, sino personas deportadas por agentes del ICE a terceros países.
Kosovo funcionará como un punto de tránsito para facilitar el regreso de los migrantes a sus destinos finales, proporcionando apoyo logístico y asegurando su paso por el país. Mientras permanezcan en territorio kosovar, recibirán asistencia necesaria para completar su viaje, con el objetivo de garantizar un retorno seguro y ordenado a sus lugares de origen.
El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, comunicó que el Ministerio del Interior se encargará de la estancia de hasta 50 migrantes, quienes serán enviados de regreso a sus países de origen. Esta decisión, respaldada por el gobierno de Kosovo, fue considerada por el Departamento de Estado de EE. UU. como una colaboración importante para las metas de la administración de Trump. Además, expresaron su agradecimiento a Kosovo por aceptar a los deportados y ayudar en su regreso seguro.
Donald Trump mantiene una postura favorable hacia Kosovo, resaltando su independencia y fortaleciendo los lazos diplomáticos con Estados Unidos. Durante su primer mandato en 2017, promovió activamente la normalización de relaciones entre Kosovo y Serbia, integrándola como una pieza clave de su estrategia en los Balcanes.