La administración Trump responsabilizó al Partido Demócrata por el incremento de ataques contra personal del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) está actuando conforme a las directrices del gobierno de Donald Trump. Muchas personas rechazan estas políticas porque consideran que vulneran los derechos humanos de muchos inmigrantes hispanos debido a las redadas, operativos y centros de detención a los que son llevados los migrantes. Ante esto, algunos manifestantes y ciudadanos responden con actos de violencia contra los oficiales. Sin embargo, para la Casa Blanca, el responsable es claro: el partido opositor.
Un informe elaborado por la Casa Blanca el miércoles 9 de julio y difundido en horas de la tarde evidenció el aumento de actos violentos contra los oficiales de ICE. El documento se publicó un día después de que legisladores demócratas presentaran una propuesta para prohibir que los guardias migratorios utilicen máscaras que cubran su rostro. Los congresistas argumentaron que esta medida busca mayor transparencia en los operativos, ya que las prácticas actuales estarían afectando a numerosos residentes indocumentados.
El gobierno afirmó que el personal de migración enfrenta un aumento de agresiones del 700 %. Señaló directamente a los simpatizantes demócratas, a quienes acusó de utilizar un discurso "peligroso e inflamatorio" dirigido contra los funcionarios encargados de controlar la situación migratoria. Esta acusación se da en un contexto de diversos ataques ocurridos en distintas partes de Estados Unidos.
Todo inició el lunes en Michigan, cuando un tirador atacó una instalación de la Patrulla Fronteriza en McAllen y mató a un agente. El atacante también murió durante el enfrentamiento. El 4 de julio, Día de la Independencia, dos sedes de ICE en Texas y Oregón fueron blanco de actos violentos atribuidos a presuntos criminales de tendencia "izquierdista". En la gobernación de Abbott, un oficial resultó herido en el cuello tras un atentado contra la oficina de la agencia federal en Alvarado. Además, los vándalos pintaron grafitis en vehículos y muros de la instalación.
Portland no fue ajeno a estos ataques. La administración de Donald Trump confirmó que "alborotadores perturbados agredieron brutalmente a agentes federales" y lamentó las agresiones: "Los agentes recibieron patadas, puñetazos y un dispositivo incendiario". Los ataques a la integridad de los oficiales se intensificaron desde el levantamiento en Los Ángeles, donde numerosos ciudadanos protestaron contra las políticas del presidente, quien respondió enviando a la Guardia Nacional.
Legisladores contrarios al partido de gobierno no guardaron silencio. Criticaron a ICE por realizar operativos tácticos usando máscaras y sin identificación, comparándolos con la Gestapo alemana o los "Camisas Pardas" del régimen nazi. Alex Padilla, senador por California, afirmó que cubrirse el rostro "aumenta los riesgos para el personal policial", ya que dificulta distinguir a los oficiales reales de posibles imitadores.